Estos días hemos estado probando el nuevo Citroën C1 con su mecánica más prestacional. El 1.2 de 3 cilindros en línea con tecnología Pure Tech.
Mismo motor sin turbo alimentar que el que utiliza, por ejemplo, el Peugeot 308 y varios vehículos dentro del Grupo PSA.
Es un motor que con una cilindrada correcta puede presumir de unos más que dignos bajos que catapultan al Citroën C1 rápidamente a velocidades por encima de la legalidad.
Existe, también, dentro de la pequeña gama del C1 el motor 1.0 VTi de 68. Atmosférico también y con un carácter menos marcado que el 1.2 Pure Tech. Que a pesar de tratarse de una mecánica de aspiración atmosférica tiene en bajas un tirón muy interesante y aprovechable en ámbito urbano. Serás sin duda el más rápido en salir de los semáforos.
Y no sólo por el reprís del motor, sino también por su contenido peso en vacío, no superando los 1000 kg y quedándose en unos interesantes 940kg.
Externamente el nuevo C1 ha ganado muchos enteros en comparación con su antecesor. Una imagen totalmente renovada y más juvenil que le otorgan mayor presencia.
Por dentro, al igual que sucede con el exterior, todo totalmente renovado y de mejor calidad y presencia que su antecesor. Destaca la buena habitabilidad interior de este pequeño vehículo urbano.
En el que perfectamente y sin muchos agobios pueden viajar cuatro adultos.
El maletero, a su vez, es casi testimonial, cediéndole espacio a las plazas traseras se queda con un tamaño de 196 litros muy aprovechables por sus formas.
El puesto de conducción y es, dentro de los esperado, amplio. Con unos asientos de mullido duro y corta banqueta. Para resistir el uso diario por la ciudad son ideales. Ahora bien, para realizar un viaje largo no lo son tanto.
Naturalmente el C1 no fue pensado ni concebido para realizar viajes de larga duración. Otra cosa es que si se pueda. Sobre todo por motor, el 1.2 Pure Tech tiene suficiente potencia y empuje como para poder con ello.
