Ser un ex-piloto de Fórmula 1 te capacita para unas cuantas cosas: ser reconocido por la calle, asistir a importantes eventos automovilísticos, conocer las últimas novedades en el sector antes que el público general y, por supuesto, tener infinitas posibilidades para trabajar en contacto permanente con la más alta competición. Pero también sirve para ser capaz de conducir deportivamente un pequeño compacto como si nada y sacarle todo el partido posible dentro de un circuito.
Nada fuera de lo normal, aunque no todo el mundo está preparado para soportar ciertas situaciones extremas. Siguiendo nuestra saga de “cómos”, en esta ocasión el protagonista de la historia es el matrimonio formado por Riccardo Patrese y su mujer. Este italianio de nacimiento fue piloto de F1 hace unas décadas y guarda en su haber 256 grandes premios disputados. Hace unos días aterrizó en el circuito de Jerez para participar en un evento junto a Honda y, de paso, darle una vuelta a su mujer en un Civic Type-R. Una vuelta de esas que inyecta adrenalina.
El vídeo es todo un homenaje a la versatilidad que producen las cámaras dentro de los habitáculos, enfocando en todo momento a la pareja. Riccardo, al volante, esgrime durante todo el recorrido una sonrisa muy especial. Su mujer, en cambio, modifica progresivamente su imagen. Desde la sonrisa y tranquilidad iniciales, antes de adentrarse en pista, hasta el repertorio de gritos mezclados con risas ,con algún que otro insulto hacia su marido incluidos, cuando el compacto japonés empieza a calentar las gomas.
A partir del minuto 2 es cuando esta pobre señora deja de sentirse tan a gusto con su esposo al volante. Mi pregunta es: ¿sabría realmente la mujer en ese momento que se estaba grabando todo? El final es muy descriptivo, afirmando Riccardo que seguramente su mujer le fuera a pedir el divorcio.
Fuente: DiarioMotor
