El plan Vive no arranca

Según el ministro Sebastian, se ha aprobado la parte administrativa que corresponde al Gobierno, pero «ahora hay otra que corresponde al sector privado, tanto a las empresas financieras como a los fabricantes y los concesionarios».

No obstante, espera que se encuentre «plenamente operativo» a finales de este mes y cree que los resultados se verán en el último trimestre, aunque instó a «tener paciencia» porque este plan «lo hemos hecho en un tiempo récord».Unas prisas que, haciendo bueno el refrán, no han sido buenas consejeras. Además de que tampoco están justificadas.

Porque el Ejecutivo ya sabía cuando renovó el anterior Prever en 2006 que éste se agotaba a comienzos de 2008. Aun así, se ha tardado siete meses en ofrecer un nuevo programa –oficialmente, el Vive se estrenó el pasado 31 de julio- y sólo tras las presiones del sector automovilístico al que las medidas contempladas siempre le han parecido insuficientes. Mucho más ahora, con un mercado cada día más debilitado.

En concreto, el Vive contempla ayudas a la financiación de la compra de un automóvil nuevo mediante créditos blandos, pero con importantes restricciones. La cuantía máxima del préstamo es de 20.000 euros, de los que los primeros 5.000 tendrán interés cero y el resto, a una tasa que no puede superar el Euribor más 0,25 puntos. Asimismo, para acogerse hay que achatarrar un coche con más de 15 años de antigüedad y sustituirlo por uno nuevo que emita 120 gramos de CO2 o menos; o por uno que no rebase los 140 gramos, pero que venga equipado con determinados elementos de seguridad como el control de estabilidad.

En principio, el Vive se ha planteado con dos años de vigencia, pero se agotará cuando se acaben los 1.200 millones de euros con los que ha sido presupuestado.

Subida de los modelos ecológicos

En conjunto, las dos categorías de coches acogidas al programa, representan menos de la mitad de los 882.397 vehículos comercializados entre enero y agosto, con una demanda que retrocede más de 21 puntos y ha caído hasta los niveles de 1998. Hay que remontarse a 1998 para encontrar un año en el que en los ocho primeros meses se hubieran vendido tan pocos automóviles.

De hecho, sólo se libran de esta quema precisamente los vehículos considerados «ecológicos», aquellos que emiten menos de 120 gramos de CO2 y, por tanto, están exentos del Impuesto de Matriculación. En los ocho meses computados de 2008, sus ventas totalizan 168.000 unidades, con un crecimiento del 43%. Todas las demás categorías retroceden, especialmente los más contaminantes (y normalmente, más caros). Se trata de aquellos cuyas emisiones superan los 200 gramos y están gravados con un 14,75%. La demanda de estos vehículos (buena parte de ellos, 4×4) se han reducido un 51% en lo que llevamos de año, totalizando 47.000 unidades.

Fuente: El Mundo