La justicia confirma que sabotearon a Ferrari

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El Tribunal de Módena confirmó las sospechas de la Scuderia y señaló a Nigel Stepney como principal sospechoso.

Hasta hace unos meses, el nombre de Nigel Stepney se asociaba con el caso de espionaje más escandaloso de la historia de la F1. Sin embargo, el ex responsable técnico de Ferrari pasará a los anales de la competición también como el responsable de uno de los pocos casos de sabotaje que han salido a la luz pública en este deporte, si se confirman las sospechas.

El informe presentado el pasado lunes por el Tribunal de Módena confirmó que la escudería Ferrari fue saboteada en vísperas del GP de Mónaco de 2007. En aquella ocasión, se descubrió una especie de polvo blanco en los tanques de combustible de los monoplazas de Kimi Raikkonen y Felipe Massa, seis días antes de la carrera.

En aquel mismo momento, el equipo recogió una muestra de los polvos, se envió a la policía y el Tribunal de Módena se encargó de las diligencias, centrando todas las sospechas en el ex miembro de Ferrari, Stepney, a quien pocos días después acudieron a registrarle la casa y le encontraron unos polvos muy similares a los del depósito en los bolsillos de sus pantalones.

El Tribunal establece que el polvo encontrado en ambos casos era una mezcla de vitaminas y otros suplementos alimenticios. Según el informe, el polvo podría hacer gripar el motor e incluso ampliar las posibilidades de causar una rotura. En el primer momento, la Scuderia había considerado interponer una querella al ex jefe de mecánicos, al considerar que el sabotaje se podía traducir en una supuesta tentativa de homicidio, ya que el elemento hostil podía haber descontrolado el monoplaza.

En el momento de los hechos, el abogado de Stepney aseguró que “los cargos presentados son muy vagos e inciertos”, pero la verdad es que poco más de un año después el británico vuelve a estar en el ojo del huracán, en esta ocasión por un caso más grave que el de espionaje.