La UE debe unirse para ayudar a la industria

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El primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, defendió ayer la necesidad de coordinar ‘de verdad’ las políticas de apoyo que algunos Estados miembros barajan conceder al sector automovilístico para contribuir a atajar ‘los problemas que tiene’ el sector ante una importante caída de la demanda. El presidente francés y presidente de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, ya reclamó a la UE un plan de apoyo al sector, similar al adoptado en Estados Unidos, el pasado 21 de octubre.

Durante una comparecencia ante el pleno de la Eurocámara para debatir un informe que vota hoy la Eurocámara sobre los retos futuros de la Unión Económica y Monetaria, elaborado por el eurodiputado ‘popular’ alemán Werner Langen, y su homóloga socialista francesa Pervenche Bères, Juncker emplazó a los Gobiernos europeos que así lo estudian a «hacer gala de sinceridad» y «que coordinen sus actuaciones nacionales» en este sentido. «Que se coordinen de verdad», recalcó. «Hace falta una respuesta fuerte a una crisis cada vez más económica y no sólo financiera», agregó.

El pleno del Parlamento Europeo ha modificado este lunes su agenda para celebrar, el próximo miércoles por la mañana, un debate en su sede en Estrasburgo sobre la situación del sector automovilístico en Europa. El debate contará con la presencia de representantes de la Comisión Europea y del Consejo de ministros de la UE.

El presidente del Eurogrupo defendió asimismo la importancia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento sin el cual, a su juicio, las consecuencias de la crisis en la UE podrían haber sido «mucho más graves», al tiempo que subrayó la necesidad de «evitar reacciones diferentes a nivel nacional».

«Tenemos que evitar que la crisis supere la Unión Económica Monetaria y que ponga en riesgo su cohesión», recalcó Juncker. Por ello, reclamó una «mayor coordinación en Europa y organizar mejor nuestra respuesta» a la crisis económica. «Presionen a sus Gobiernos para que en el Eurogrupo estemos todos bien coordinados», lanzó a los eurodiputados.

En un momento de debate acalorado, Juncker retó a «quien crea que puede hacer esta tarea mejor» que él, en tanto que presidente del Eurogrupo, a que «lo haga», en clara alusión al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que podría estar interesado en presidir el Eurogrupo, según la prensa francesa. Asimismo, calificó de «ejemplar» la actuación el Banco Central Europeo por su independencia a la hora de supervisar las finanzas en la UE.

Por otra parte, rechazó que Estados Unidos y Reino Unido quieran ser «líderes de la reacción» mundial frente a la crisis, después de que hayan rechazado en el pasado una «reglamentación más estricta» de los mercados financieros. «No acepto que quienes lo rechazaron ayer (…), hoy quieran dar la impresión de que son ellos los que lideran a los demás», subrayó, sobre todo, después de denunciar en los últimos cuatro años, dijo, «los riesgos» a los que, «sobre todo», estaba sujeto «el sector inmobiliario». «En Europa nadie pide una regulación férrea y excesiva», recalcó.

Por último, el presidente del Eurogrupo defendió que «no es concebible que (esta organización que reúne a los Estados de la UE que comparten el euro) no esté representado en la gestión» de la crisis financiera actual. También defendió que «el Banco Central Europeo y la Comisión tienen que estar representados de manera permanente en el G-20».

Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, subrayó que «no hay que atribuir al euro las dificultades del momento» y defendió «la utilidad que tiene el euro» para hacer frente en la UE a la actual crisis económica, aunque subrayó que, sólo a través de «una coordinación» en materia de Política Económica y Monetaria, «cuando hay que afrontar una recesión», se le podrá hacer frente de «manera eficaz». En cambio, defendió la necesidad de impulsar «una estrategia» para defender mejor los intereses de la UE en tanto que poder monetario frente a otras potencias monetarias como el dólar.

A su juicio, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, revisado en 2005, da una «flexibilidad suficiente» para que la «política fiscal contribuya a sostener la demanda» de manera «activa», a la vez que «permite mantener la disciplina presupuestaria» en los Estados miembros y, tras subrayar la necesidad de «adaptar y revisar los programas de estabilidad» financiera por parte de los Estados miembros, aseguró que el Ejecutivo comunitario presentará el próximo 26 de noviembre «un plan de acción» que contribuya a guiar a los Estados.

Por otra parte, Almunia defendió «coordinar las políticas presupuestarias» en la UE, así como impulsar la «necesaria vigilancia de las políticas presupuestarias» en los Veintisiete, atendiendo a criterios de «sostenibilidad», pero también de «calidad de las finanzas públicas». «El impulso fiscal debe ser coordinado para que sea eficaz» de manera que se tengan en cuenta «límites para que no ponga en riesgo la sostenibilidad de las cuentas públicas», sentenció. Juncker por su parte aseguró que los Estados miembros que «han hecho sus deberes», tendrán «más margen presupuestario para absorber el choque».
Solbes, a favor de las ayudas para I+D

El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, abogó ayer por que las instituciones financieras apoyen al sector automovilístico, aunque puntualizó que estas ayudas «no deberían ser para pagar salarios» sino para que reviertan en programas de Investigación y Desarrollo (I+D).

En declaraciones a la Cadena Ser, Solbes apoyó así lo que entiende es la posición común de la Unión Europea, quien apuesta por defender «las condiciones competitivas» de un sector «básico» para los países miembros.

Solbes citó el caso de España para recordar que la venta de coches representa estadísticamente el primer producto que exporta el país al exterior. «El sector automovilístico es muy importante para el conjunto de la Unión Europea, pero también para países como Alemania, Italia, Francia o España», explicó.