Paso al neumático de invierno

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Llegan los fríos y la carretera se puede convertir en una trampa por agua, hielo, nieve… Bridgestone, Continental, Goodyear-Dunlop, Michelin y Pirelli aúnan esfuerzos para dar a conocer el neumático de invierno, especialmente eficaz a bajas temperaturas y capaz de luchar contra las peores condiciones climatológicas.

Seguramente no lo sabrás, pero los neumáticos convencionales que monta tu coche disminuyen de modo drástico sus cualidades de adherencia y frenado por debajo de los siete grados de temperatura. Es aquí cuando entran en juego los hasta ahora poco conocidos en nuestras latitudes neumáticos de invierno que sustituyen con plenas garantías – y autorizadas legalmente– el uso de las tradicionales cadenas que implicaban un montaje engorroso, sucio y en algunas ocasiones hasta peligroso.

Como muestra de la eficacia de los neumáticos de invierno los hemos sometido a dos pruebas frente a sus hermanos “de verano”. En el primer caso, frenada en mojado a 80 km/h, el neumático de invierno empleaba 34 metros frente a los 40 de su rival. En el caso de frenada en nieve a 50 km/h, la diferencia se amplía de los 32 metros para el neumático de invierno hasta los 63 metros que emplearía un neumático estándar.

Los neumáticos de invierno presentan unos compuestos diferentes a los de sus hermanos del resto del año, además de un dibujo más profundo que el normal para evacuar más agua y una gran profusión de laminillas para aumentar la adherencia. Los neumáticos de invierno se identifican con la denominación grabada M+S junto con un pictograma de una montaña de tres picos y un copo de nieve.

Según los miembros del Consorcio del Caucho, que agrupa a los principales fabricantes de neumáticos de nuestro país, el precio de estos neumáticos especiales aumenta entre el 8 y el 15 por ciento frente al neumático estándar y no se resienten las cualidades de consumo de combustible y de duración. También es posible negociar con el taller de recambio la opción de que nos custodien durante el invierno los neumáticos que no utilizamos y que luego se repongan en primavera.