Chrysler obtendrá siete modelos del Grupo Fiat

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Día a día, que no poco a poco, se van conociendo nuevos detalles sobre la clase de intercambio tecnológico y logístico que podría darse entre Fiat y el Grupo Chrysler de llegar a solidificarse el principio de acuerdo comunicado hace unos días. Ya desde el comienzo sabíamos que Fiat pretendía sacar acciones y capacidad de distribución a cambio de plataformas, pero ahora las cosas empiezan a estar mucho más claras. Transparentes, incluso.

Automotive News ha hablado con varias fuentes que ya han visto los planes de ambas compañías, y esto es lo que hay: el fabricante estadounidense lanzará en Estados Unidos siete nuevos vehículos; cuatro bajo las marcas del Grupo Chrysler y tres con las firmas de Fiat y Alfa Romeo.

Antes de empezar a desgranar lo que está cociéndose en el horno, es necesario escuchar las palabras de Frank Klegon, vicepresidente de desarrollo de productos: «No tenemos un vehículo del segmento A, no tenemos un vehículo del segmento B, y nuestro vehículo del segmento C (el Dodge Caliber) se encuentra en la próxima fase de renovación. Esto crea varias oportunidades que podríamos aprovechar». ¿Como cuáles? Ahora, sí, sigue con nosotros tras el salto.

El acuerdo entre Fiat y Chrysler involucra de entrada a dos superminis del segmento A con la misma plataforma. El primero de ellos el Fiat 500, y el segundo sería un hatchback derivado del Fiat Panda, modelo último que podría llegar con el emblema de Chrysler o Dodge. Con algo tan sencillo como esto, Chrysler se aseguraría una reducción importante del consumo medio de su flota, entrando de lleno en los estándares estadounidenses a cumplir a partir de 2011 y agenciándose de paso dos de los polivalentes más populares en Europa. El Fiat 500 sería fabricado en Toluca, México, aprovechando el hueco dejado por el PT Cruiser.

Subiendo de escalón al Segmento B, Nardelli se lleva el Alfa Romeo Mito junto a su plataforma (posiblemente en forma del próximo Grande Punto), adaptable para crear un nuevo crossover compacto para Chrysler. La tenue estrella de Auburn Hills también podría obtener acceso a los probados bloques italianos de 1,4 y 1,8 litros con inyección de directa. Ambos propulsores serían fabricados en versiones turbo por la propia Chrysler (posiblemente en su planta de Dundee, Michigan), aunque una de las fuentes consultadas señala que los ejecutivos del grupo solo están interesados en la unidad de 1,4 litros.

Finalizando ya en los modelos más grandes, Chrysler actualizaría las gamas Caliber/Compass y Sebring/Avenger con la nueva arquitectura C-Evo de Fiat, que como tal vez recuerdes, formará parte del sustituto del Alfa Romeo 147. Lo del Caliber y el Compass no sorprende demasiado, pero utilizar una plataforma Fiat para andamiar los Sebring y Avenger es todo un bombazo, y prueba que Chrysler piensa llegar hasta el fondo en su relación con Fiat (posiblemente, porque ni siquiera hay dinero para renovar los modelos que hasta ahora ponían el pan sobre la mesa). En cuanto a lo nuevo de Alfa, podría fabricarse en EEUU para su consumo local.

Como ves, todo un cambio de aires en toda regla. Pero bueno, ¿y Fiat qué se lleva? Pues mucho, no te creas. Además de pegar un mordisco del 35% a las acciones de Chrysler, ganaría acceso a la red de distribución del grupo estadounidense, por no mencionar la posibilidad de distribuir los Dodge Journey y Dakota en América del Sur, donde puede hacer caja a lo loco considerando su importantísima cuota de mercado. Por si todo esto fuera poco, también recibiría el nuevo motor Phoenix V6 de Chrysler, con consumos teóricamente moderados y unas prestaciones que se anticipan muy respetables. No es lo mismo que llevarse siete coches casi completos casi sin esfuerzo, pero tampoco parece un mal trato en absoluto.

Si ambas compañías no encuentran impedimento alguno, Sergio Marchionne y Bob Nardelli deberían estrechar sus manos antes del 31 de marzo, fecha máxima dada para alcanzar un acuerdo definitivo.