Chrysler y Fiat comunican sus planes para Jeep

Jeep puede sentirse tranquila. Pese a que en los peores tiempos de Chrysler eran varios los fabricantes extranjeros que se relamían pensando en su posible venta, Jeep ha encontrado un sólido lugar en el organigrama del pentágono estrellado, que piensa convertirla en su división más importante a nivel internacional. Para ello, Fiat le buscará un mejor hueco en países tan interesantes en el segmento todoterreno como Brasil, sin perder el tiempo en una renovación de productos que se prevé muy importante.

En primer lugar, el Wrangler se considerará el pilar espiritual de la marca. Más que nunca, sus rasgos estéticos dictarán el diseño de los futuros lanzamientos de Jeep, definidos por la clásica parrilla vertical, unos voladizos relativamente cortos y un aspecto claramente todoterreno.

El icono off-road será rediseñado totalmente en 2010 (habrá incluso un diésel con start-stop), y junto a él, veremos los relanzamientos de los modelos Patriot y Compass, objeto de un profundo restyling. Estos dos últimos modelos serán sustituidos en 2013 por un automóvil diseñado por Fiat, y justo debajo del mismo se situará un SUV de bolsillo que tiene toda la pinta de ser una versión remarcada del Panda 4×4.

En cualquier caso la auténtica bomba será el nuevo Jeep Grand Cherokee, que se pondrá a la venta el año que viene. Equipará un motor Phoenix V6 de 260 caballos, ampliable en el futuro con turbos e inyección directa.