Ecologistas piden a UE más límites al CO2 para impulsar los coches eléctricos

La organización Transport & Environment (T&E) -que defiende el desarrollo de una política comunitaria de transporte sostenible- ha pedido a la Unión Europea (UE) que refuerce sus exigencias en materia de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para impulsar la extensión de los coches eléctricos.

Según esta organización, la legislación europea debería introducir límites de CO2 para turismos nuevos de 80 gramos por kilómetro en 2020 y de 60 gramos en 2025, ya que sólo así se motivará a los fabricantes a que desarrollen opciones menos contaminantes como los vehículos eléctricos.

Los coches eléctricos constituyen ‘la manera de transformación más viable’ hacia una economía baja en carbono, ha indicado en rueda de prensa el director de T&E, Jos Dings, quien también ha recalcado la necesidad de asegurar que la electricidad para estos vehículos proceda de fuentes renovables y no del carbón o de la nuclear.

Los fabricantes están obligados a limitar las emisiones de los turismos nuevos a 130 gramos por kilómetro en 2015 y a 95 gramos en 2020. T&E asegura que un coche eléctrico gasta por kilómetro entre dos y tres veces menos energía que un vehículo normal y emite menos CO2 -siempre que la electricidad haya sido producida a partir de fuentes renovables-.

Además, esta organización ecologista calcula que al ritmo actual que las emisiones de los coches representarán en 2020 el 40 por ciento de las del transporte, por lo que se necesita una política adecuada en la UE para desarrollar los vehículos eléctricos, aún poco competitivos. En concreto, T&E reconoce que el impacto de este tipo de coches en el mercado seguirá siendo limitado hasta 2030, ya que la tecnología está aún en ciernes y es necesario, entre otros avances, estandarizar los sistemas de recarga.

La utilización de coches eléctricos supondría como máximo una necesidad del 15 por cierto de energía adicional, según los cálculos de la asociación que no oculta que teme que países como Alemania y Francia opten por aumentar la producción a partir de carbón o energía nuclear. En referencia a las baterías, expertos de T&E señalaron que siguen siendo caras y no existen indicios de que puedan desarrollarse mucho más de lo que lo están ahora.

En este sentido, recalcan que con los coches eléctricos habría en un principio un gasto inicial más elevado, pero su mantenimiento durante su vida útil resultaría más económico que los normales, una vez se disponga de la tecnología necesaria.