España no puede vivir de coches pequeños

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El presidente de Renault-España, Jean Pierre Laurent, dijo que el futuro de las factorías automovilísticas de todas las marcas instaladas en España pasa por «una infraestructura global de costes inferior a la que tenemos ahora».

Laurent puntualizó que España no puede seguir manteniendo indefinidamente una estructura industrial basada en la fabricación de coches pequeños «con una producción cara», que se complementa con un mercado lleno de descuentos. «Así, nunca podremos ganar dinero», apostilló.

Como soluciones, Laurent apostó por «reaccionar con mucha flexibilidad, pero los mecanismos existentes en España no nos la permiten». Es por ello que abogó por una coordinación entre administraciones públicas, fabricantes y proveedores «para ser más competitivos».

Al mismo tiempo demandó seguir el modelo francés, que acusa un problema similar, con ayudas, desgravaciones de impuestos y flexibilidad laboral, ejemplos en los que «España tiene que actuar, sobre todo, en la lucha contra el absentismo y en la potenciación de infraestructuras del transporte».

La alternativa para los fabricantes, si no se introducen modificaciones importantes en las estructuras de costes en España será el traslado de la producción de estos coches a países donde sea más barato fabricar para asegurar rentabilidad en cada operación de venta.

«Esto significaría -añadió el directivo de Renault- dejar a España sin una buena parte de su producción actual, aunque, los que tengan gamas de coches en segmentos como el del Mégane, podrán sobrevivir, así como los que tengan producción de motores y otros componentes. El peligro -reiteró- está en el montaje de coches pequeños».

El coche eléctrico, para Laurent, puede ser una alternativa de futuro, porque, a su juicio, «España tiene bazas importantes con las energías renovables». En este sentido, Laurent demandó actuaciones del Gobierno que «desemboquen en una estrategia industrial y no en la meramente especulativa que ha primado hasta ahora».

Para ello, el presidente de la filial de Renault se decanta por una «concentración de medios para constituir un gran parque tecnológico que sea referencia europea y no regional». «Con ese modelo -prosiguió Laurent- nosotros aportaremos empleo en función de los registros de producción de coches eléctricos, de baterías, de proyectos de ingeniería; es una carta que hay que jugar, y si se hace bien, nos vincularemos a tope».

En línea con esta afirmación, Laurent dijo que su proyecto de coche eléctrico en España es global para toda la comunidad castellano-leonesa, no sólo Valladolid, pues la firma del rombo estudia la producción, sometida a los cánones ya expresados, de dos modelos eléctricos: uno en Valladolid y otro en Palencia.

A este respecto aludió a un grupo de trabajo que estudia un plan industrial que analiza no sólo la viabilidad del coche eléctrico, sino las ayudas administrativas, las redes de distribución y la industria de suministros en este nuevo campo. «Ha tardado en arrancar (el grupo) -dijo- pero ahora avanzamos rápido y es posible que a finales de abril podamos exponer conclusiones».

Sobre las actuaciones de la Administración en las ayudas al sector, Laurent reclamó la necesidad de recuperar el Plan Prever “para sumar la demanda que no puede añadir el Plan VIVE», y en cuanto al Plan de Competitividad, lamentó que se trata de ayudas económicas escasas y muy limitadas en el tiempo «pues un plan industrial serio necesita como mínimo 4-5 años de horizonte».

Laurent, con cien días en el cargo, repasó la situación «crítica» del mercado español para este año y 2010, pero matizó que su marca está en buena posición para sobrepasar esta fase de crisis, gracias a la nueva gama de producto, con el Mégane a la cabeza, y la remodelación acometida años atrás en la red comercial. Avisó, sin embargo, que «tenemos que adaptarnos estrictamente a la demanda y esto significa no fabricar ningún coche de más para no aumentar el ‘stock’ de la red, ni de las fábricas».