Estamos preparados para un millón de eléctricos

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Los expertos del Grupo de Reflexión sobre Energía y Desarrollo Sostenible (GREDS) consideran que el sistema eléctrico español es capaz de soportar la demanda de energía de un millón de coches eléctricos, objetivo fijado por el ministro de Industria, Miguel Sebastián, para el año 2014.

En una reunión celebrada esta semana en la Universidad Pontifica de Comillas, se llegó a la conclusión de que un millón de coches eléctricos demandaría del sistema eléctrico 3 Terawatios/hora, un 1,15 por ciento de la demanda de energía registrada en el año 2008.

Los expertos recordaron que en 2008, el sistema eléctrico español generó 52 Terawatios, de los que 11 fueron exportados a otros mercados.

Otra cuestión, según su consideración, es si la red de distribución está preparada para dar servicio a esta demanda, que debería concentrarse en los momentos valle, en los que cae bruscamente la demanda de consumo, como es el caso de los periodos nocturnos o en ciertos momentos del día.

Para el desarrollo del coche eléctrico es necesaria una red de postes de recarga y de instalaciones domésticas y en edificios públicos, lo que los especialistas denominan interfaz entre el sistema de generación y distribución y el consumidor final.

El coste estimado para esos postes y puntos de recarga se sitúa por estos expertos entre los 400 y los 1.000 euros de inversión por punto de recarga, aunque representantes de las eléctricas situaron la cifra incluso por debajo del mínimo calculado por los especialistas.

Una red suficiente de puntos de recarga, que ya denominan electrolineras, supondría una inversión de entre 250 y 300 millones de euros.

Un coche eléctrico actual se puede cargar en un toma de red doméstica, con la potencia de línea de 3 a 7 Kilowatios (carga de 6 a 7 horas), mientras un poste electrolinera para poder realizar recargas rápida (de 15 a 30 minutos) necesita de 50 Kilowatios.

Todos coinciden en que la llegada del coche eléctrico exige una modificación de la cultura y de los hábitos del consumidor, con el fin de realizar las recargas en los momentos en los que cae la demanda de emergía, en los que, además, la tarifa es más barata.

Hoy, un coche eléctrico, para recorrer un centenar de kilómetros, consume un euro de energía eléctrica si la recarga se realiza en un momento valle como el nocturno.

En este momento se están desarrollando alternativas a la carga directa del coche, como el reemplazamiento de las baterías cuando se agotan o la comercialización propuesta por la empresa californiana Better Place, que basa su desarrollo en el alquiler de la baterías con la garantía de su sustitución a los 100.000 kilómetros de funcionamiento.

Otras alternativas basan la recarga en métodos energéticamente independientes, con postes capaces de acumular grandes cantidades de energía generada por placas solares, lo que permitiría la instalación de electrolineras en parajes desprovistos de infraestructuras.

Entre las dudas planteadas por los especialistas sobre el futuro del coche eléctrico, que no es considerado la única solución para reducir las emisiones y su impacto sobe el medioambiente, está, además de la generación por métodos renovables, el desarrollo de las baterías.

Los sistemas de acumulación actuales se sustentan en la tecnológica de iones de litio, mineral éste que es finito, con las mayores reservas mundiales se ubican en Bolivia, país gobernado en este momento por Evo Morales.