General Motors continúa metiendo la tijera. El último recortable lo ha confeccionado una vez más con su plantilla, que ha visto reducida su cuenta de cabezas en 10.000 unidades. O al menos así será cuando termine este mismo año. Los últimos despidos procederán de las filas oficinistas, que pasarán de 73.000 a 63.000. Sus puestos pasarán a ser prescindibles a finales de abril mediante un programa de despidos incentivados.
Aquellos que sigan firmemente sujetos a sus sillas pasado el 1 de mayo, verán sus nóminas recortadas. Desde el 1 de mayo, los empleados con labores ejecutivas perderán el 10% de su sueldo base, o un 3-7% si los afectados se encuentran en los escalones más bajos de la empresa. Mal asunto, pero mejor eso que no verse de patitas en la calle como sus compañeros menos afortunados.