Gran acogida del Prever madrileño

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Las asociaciones automovilísticas de fabricantes (Anfac) y de vendedores (Ganvam) han recibido con satisfacción la propuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de aplicar una bonificación del 20% en el impuesto de matriculación de automóviles.

Las dos organizaciones alaban este medida que, a su juicio, es oportuna por el momento mercantil que pasa el sector del automóvil y porque implicará un estímulo para las ventas.

Fuentes de Anfac han afirmado que la medida es una «buena noticia» para el sector y el mercado automovilístico, aunque han reclamado a la Comunidad de Madrid que sean homogéneos en el arbitraje de estas actuaciones para evitar distorsiones de mercado.

Para los fabricantes de automóviles, que sea Madrid la comunidad que se implique de esta forma en el estímulo a la demanda de automóviles, con una cuota del 26 por ciento en las matriculaciones españolas, «convierte la medida en muy importante para los resultados del mercado global».

Anfac animó al resto de comunidades autónomas a que se animen a adoptar medidas como la anunciada por la presidenta de la Comunidad de Madrid.

El presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam), Juan Antonio Sánchez Torres, señaló que que la bonificación propuesta contribuirá a dinamizar la demanda de una de las regiones «más perjudicadas» por la caída de las ventas.

Sánchez Torres aseguró que esta iniciativa puede representar un primer paso hacia la supresión del Impuesto de Matriculación, de manera que se grave fiscalmente el uso del coche y no la compra, según las directrices comunitarias de «quien contamina, paga».

Los vendedores estiman que con la eliminación del Impuesto de Matriculación, que derivó del antiguo impuesto de lujo, se igualaría la carga impositiva sobre la adquisición del automóvil al resto de los grandes países europeos con fabricación y mercado relevantes.

El presidente de Ganvam precisó que el coste de la puesta en marcha de este nuevo plan Prever sería «inferior» a lo que supondría eliminar el Impuesto de Matriculación, ya que impulsaría una demanda adicional de vehículos, generando a su vez un saldo positivo a favor de las arcas públicas vía Impuesto de Matriculación e IVA, además de los gravámenes municipales y las tasas sobre hidrocarburos.