Guardarraíles: la crisis impide su renovación

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El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Sistemas Metálicos de Protección Vial (Simeprovi), Juan Manuel Álvarez, denunció hoy ‘un cierto retraso’ en el plan del Gobierno para ‘poner al día’ las carreteras y autovías españoles que se construyeron alrededor de 1992.

En un desayuno informativo organizado en la sede de Simeprovi en Madrid, el presidente de Simeprovi explicó que este «retraso» está impidiendo sustituir las barreras de protección que se han quedado anticuadas y, por tanto son más peligrosas que las actuales, o acondicionar los guardarraíles para que no supongan un peligro para los motoristas, entre otras cosas.

Álvarez señaló que «los problemas» con la actual coyuntura económica se nota más en las carreteras antiguas que en las nuevas, ya que acondicionar todas las carretera que no disponen de las necesarias medidas de seguridad supone «un importante esfuerzo presupuestario» para las administraciones, mientras que el presupuesto destinado a seguridad en una vía nueva no llega al 1 por ciento del total.

En cuanto a la instalación de guardarraíles adaptados para motoristas, Álvarez aseguró que la diferencia entre el coste de instalar una barrera adaptada para motoristas y otra no adaptada en una carretera nueva es «insignificante», e insistió en que lo que cuesta es invertir en acondicionar las ya instaladas en carreteras antiguas. No obstante, señaló que el beneficio en vidas humanas es «enorme».

Por otro lado, el presidente de Simeprovi denunció que en España existe otro «retraso» en cuanto a la «rigurosidad» con que se instalan los guardarraíles. En este sentido, indicó que las leyes españolas sobre la instalación de barreras de seguridad son «de las más avanzadas de Europa», pero la instalación no es tan rigurosa como debería para garantizar el buen funcionamiento del sistema en todos los casos.

Las barreras metálicas sirven para evitar la salida de vía de los vehículos, que es la causa mayor de número de víctimas mortales al año en España (entre el 35 por ciento y el 40 por ciento del total). Como concluyó Álvarez, las barreras no evitan accidentes, pero disminuyen la gravedad de los mismos, al conseguir que un accidente que podría haberse saldado con un muerto «tenga como consecuencia un chichón».