Nuevo Renault Mégane R

Se acerca el lanzamiento comercial del Renault Mégane RS. En su tercera generación, el Mégane sigue en los puestos más altos de las listas de ventas, y su versión más deportiva dará el espaldarazo definitivo en cuestiones de imagen de marca. El nuevo integrante de la saga Renault Sport cuenta con un motor 2.0 Turbo, que entrega 250 CV y un par máximo de 340 Nm disponible en un amplio rango de revoluciones gracias a la turboalimentación.

Junto al modelo llegan dos posibles configuraciones de chasis, Sport o Cup, este último más radical y orientado especialmente a circuito. Además, cuenta con novedades de tipo electrónico como el RS Dynamic Management (que permite tres modos de funcionamiento para el ESP) o el RS Monitor (una especie de sistema de telemetría). Los Mégane Sport también se fabricarán, como las restantes versiones del modelo, en la planta de la marca en Palencia, así que, al menos de manufactura, tendremos un producto nacional más de altas prestaciones.

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Viendo su diseño exterior e interior, queda claro que no estamos ante un Mégane cualquiera. Para empezar, destaca el frontal, con un paragolpes delantero esmaltado en negro que conjuga muy bien con colores como el blanco o el típico amarillo RS. También cuenta con una entrada de aire mayor que sus hermanos de gama y con luces diurnas con tecnología LED. Continuando por su perfil lateral, vemos las molduras inferiores de las puertas pintadas en el color de la carrocería. Los pasos de rueda han sido ensanchados para acoger las llantas de aleación, en tamaño de 18 o 19 pulgadas.

La parte trasera es también muy distintiva y llamativa, con una gran salida de escape trapezoidal en posición central, difusor posterior y spoiler. Estos últimos elementos no están ahí como mero adorno o capricho, sino que contribuyen a mejorar el rendimiento aerodinámico. Podremos escoger diferentes modelos de llantas en 18 o 19 pulgadas, más ostentosas o más discretas y, por supuesto, estará disponible en diversos colores de carrocería, pero el Sport Yellow es su color de guerra oficial.

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El interior también tiene una apariencia de calidad y a la vez deportiva. Aparece un cuentarrevoluciones analógico con fondo en color Sport Yellow (al igual que las costuras del volante forrado en piel) y un velocímetro también de aguja. De serie cuenta con asientos deportivos en tonos negros y grises y pedales y reposapiés en aluminio, pero está disponible en opción el Yellow Ambiance Pack, que colorea los pétalos laterales de los asientos en amarillo, así como los cinturones. Queda claro cuál es el color que la propia marca quiere promocionar en mayor medida como adecuado para su deportivo compacto.

Se dispone de tapicería de cuero (que incluye calefacción en asientos y regulación eléctrica), y de unos imponentes asientos Recaro en opción. En cuanto a elementos de confort, destacan el clima automático bizona con tres modos de funcionamiento (Soft, Auto y Fast), la tarjeta manos libres para arranque y el cierre de puertas automático, un equipo de sonido Arkamys (con sonido 3D y, en opción, conectividad Plug & Music con USB y conexión jack) o dos navegadores disponibles: el habitual Carminat Bluetooth DVD o el nuevo Carminat TomTom integrado.

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La instrumentación es específica del Mégane Renault Sport y difiere ligeramente de las demás versiones. Además de la tradicional información analógica, cuenta con un indicador luminoso que nos aconseja del momento ideal para cambiar de marcha y un indicador sonoro para avisarnos si llegamos a cortar inyección. Otros elementos destacados del modelo son el sistema de frenos, con un equipo Brembo de discos sobredimensionados y cuatro pinzas en el tren delantero. También estará disponible como opción un diferencial de deslizamiento limitado, algo muy aconsejable debido a su naturaleza de tracción delantera para todos aquellos que quieran extraer todo el jugo que permiten motor y chasis.

Como os comentábamos un poco más arriba, la electrónica también está específicamente calibrada. Mediante el Renault Sport Dynamic Management el conductor puede escoger entre tres grados de asistencia electrónica. El modo “On“, por defecto cuando arrancamos, activa el ESP, el control de tracción ASR y la asistencia a la frenada de emergencia. El modo intermedio es el “Sport“, que se activa con una pulsación corta en el botón del ESP, y donde éste y el ASR se comportan de forma poco intrusiva, dejando hacer al conductor. También se modifica la respuesta al acelerador. En modo “Off“, activado mediante una pulsación larga al botón del ESP, las ayudas electrónicas se desactivan por completo, aunque sólo es aconsejable para circuito.

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La segunda novedad electrónica es el Renault Sport Monitor, que consiste en un sistema que recolecta datos a través de una serie de sensores e informa al conductor mediante la pantalla de la instrumentación de parámetros tales como la presión del turbo, la temperatura de aceite, el par y la potencia desarrollados por el motor en cada momento, la aceleración transversal y longitudinal, un cronómetro o datos de rendimiento, con memorización automática de los mejores 0-100 Km/h y 0-400 metros con salida desde parado. El RS Monitor también permite modificar la respuesta del acelerador entre cinco programas disponibles (lineal, normal, nieve, sport y extremo), pudiendo así adaptar el tacto del gas a las condiciones del asfalto o a nuestros deseos.

El chasis de serie tiene especificación Sport, deportivas pero no radicales. Si lo que buscamos es precisamente eso, radicalidad, podemos acogernos al chasis Cup, que puede incluir como opción el diferencial de deslizamiento limitado. La geometría de la suspensión deriva del Renault Mégane Sport II de 2004, con las lógicas mejoras como elementos realizados en aluminio, y es un tanto diferente a la de sus hermanos de gama. Con respecto a la suspensión del Mégane Coupé TCE 180 CV, en el chasis Sport los amortiguadores y muelles tienen además un tarado específico y la barra estabilizadora es de mayor diámetro. Más de lo mismo ocurre con el chasis Cup frente al chasis Sport, con el añadido del diferencial opcional del fabricante GKN tarado al 35% que permite conseguir una mejor tracción y agarre en curva.

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La monta de neumáticos es generosa, pero no exagerada. Con el chasis Sport, se incorporan neumáticos Dunlop Sport Maxx TT en medida 225/40 R18 Y, mientras que el chasis Cup incorpora Michelin Pilot Sport 2 en medidas 235/40 R18 Y. Para ambas especificaciones están disponibles en opción llantas de 19 pulgadas con neumáticos Continental Sport Contact 5 Perfomance en medida 235/35 R19 Y. Tras las llantas, nos encontraremos con frenos Brembo de 340 milímetros delante y 290 milímetros detrás.

Y por último, vamos a uno de los apartados más interesantes del vehículo: su mecánica y prestaciones. Del 2.0 Turbo se obtienen 250 CV a 5.500 rpm y un par máximo de 340 Nm a 3.000 rpm. Esto hace una potencia específica de 125 CV/litro, elevada pero que en estos días ya no sorprende, y menos si se debe a la turboalimentación. Es un motor con fuerza a bajo y medio régimen, ya que el 80% del par máximo está disponible a tan sólo 1.900 rpm, y además cumple la Euro V. La caja de cambios es manual de 6 velocidades, y su consumo medio homologado, de 8.4 litros/100 Km, con unas emisiones de CO2 de 195 g/km. Acelera de 0 a 100 Km/h en 6.1 segundos, alcanza 250 Km/h de velocidad punta y los 0-1000 metros con salida desde parado los cubre en 25.7 segundos, tiempos muy destacables.

En cuanto a los precios, todavía no se ha desvelado su tarifa oficial para el mercado español, pero ya se conocen los precios británicos, y como orientación nos pueden servir. Con chasis Cup y equipamiento más espartano, el Mégane Renault Sport parte de las £21.995 (al cambio, unos 24.000 euros), mientras que con chasis Sport y un equipamiento más completo el precio parte de £22.995 (poco más de 25.000 euros). No obstante, no os hagáis demasiadas ilusiones, porque los impuestos son distintos según países, y tampoco sería raro que aquí costase un par de miles de euros más.

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No me caben dudas de que, con sus cualidades y una estética muy atractiva que no deja indiferente a nadie, el Mégane Sport 2010 reeditará o superará los logros que ya consiguiera el modelo anterior, basado en el Mégane II. Desde su lanzamiento en el año 2004, se vendieron más de 21.000 unidades en 30 países distintos y lo que es más importante para el fabricante, el empujón en imagen de marca para las versiones más convencionales no es en absoluto despreciable.

Todavía nos falta por ver el sucesor de los R26 y R26.R, más exclusivos en características y volumen de producción y con una puesta a punto del chasis soberbia. Por el momento, el R26.R continúa ostentando el récord en Nürburgring para los coches de tracción delantera, ¿hasta la llegada de un futuro Mégane Sport R29 o similar? Para ir abriendo boca, os dejamos con un vídeo promocional del deportivo del rombo junto a un segundo vídeo donde Romain Grosjean le extrae todo su potencial en el Nordschleife: