Porsche amenaza con rescindir su contrato con Magna para fabricar los nuevos Boxster y Cayman

No será porque no lo dijimos… El capricho de conseguir un fabricante de automóviles para Canadá podría salirle muy caro a Frank Stronach, que como ya nos estábamos oliendo, ha conseguido levantar las suspicacias de los clientes de Magna con la compra de Opel. El último hacerlas públicas ha sido Porsche, que podría traspasar la producción de dos importantes modelos a otra compañía más segura para sus intereses.

Como bien sabes, Magna no sólo se dedica a fabricar componentes y ofrecer servicios de asesoramiento, sino que también construye automóviles por contrato para firmas sin la capacidad de producción necesaria o los recursos para levantar una nueva factoría. El ejemplo más conocido posiblemente sea el Clase G de Mercedes, que es ensamblado en Gaz, Austria desde nada menos que 1979. Otros vehículos montados por Magna han sido el Jeep Grand Cherokee, el Chrysler Voyager, y el BMW X3. Aston Martin también acordó la producción del Rapide en Graz, y BMW hizo lo propio hace un tiempo para el futuro crossover de MINI.

El obvio temor de Porsche es que Magna pueda utilizar las tecnologías desarrolladas para las próximas generaciones de los Boxster y Cayman en beneficio de Opel, que dentro de poco formará parte del grupo austriaco-canadiense. Y con los rusos de Sberbank/GAZ de por medio, los nervios están a flor de piel. Algo bastante comprensible, por otra parte, y es que nadie puede pasar por alto el tremendo conflicto de intereses generado por Magna en su transición de constructor por contrato a fabricante independiente.

Así las cosas, Porsche, que ensamblaba el Boxster y el Cayman en Finlandia gracias a un acuerdo con Valmet, podría derivar la producción de ambos modelos a su factoría en Zuffenhausen, e incluso contratar parte de la misma a Karmann, en proceso de reestructuración pero fuertemente ligada a Volkswagen histórica (y ahora también) económicamente.

¿Cumplirá Winterkorn sus amenazas y privará a Magna de uno de sus más jugosos contratos? Stronach ya declaró hace tiempo que esperaba reacciones de este tipo desde el mismo momento en que comenzó a maquinar la compra de Opel, así que ahora nos queda por conocer qué hará para desactivar esta bomba de relojería. Damos por hecho que tendrá preparado algo más que simples palabras de confianza.