Jaguar y Land Rover se quedarán con sólo dos plataformas

¿Cuál es el truco de la reducción de costes en la producción en masa de diferentes productos en una misma cadena o grupo? Respuesta sencilla: Compartir el máximo número de elementos posibles. A veces no es tanto por el coste de matricería, moldes, o proveedores; a veces, simplemente el ahorro en los procesos de desarrollo es tal que se justifica fácilmente el compartir una misma base estructural para diversos productos.

Metiéndonos algo más en harina: Ahora mismo Jaguar y Land Rover cuentan con seis plataformas independientes. Tata quiere reducir esto a sólo dos, y para ello está pensando en un sistema de módulos. Y es que las plataformas a la antigua usanza ya están pasadas de moda: Ahora lo que se lleva son módulos intercambiables.

El concepto original de plataforma asumía y obligaba a compartir detalles como anchos de vía o batallas, incluso cargas máximas y potencias máximas por eje. Los fabricantes han evolucionado hacia un sistema modular que permite, con poca inversión de desarrollo, y con muchas piezas en común, poder crear modelos de muy diverso rango.

Para muestra un botón: Bajo la idea de Tata, Jaguar utilizará la plataforma modular de aluminio para sus XJ y XK, compartida con los Range Rover. Para el resto de modelos se usará otra plataforma alternativa de acero: XF, modelo «económico» de Jaguar (sea el pequeño descapotable o un cupé de cinco puertas), Discovery, Freelander y LRX.

Del coste de desarrollo de las modificaciones para cada plataforma modular se derivará el éxito o fracaso de la operación. Y es que si una misma plataforma se ha de pensar para soportar el trato duro del campo (futuro Discovery) y valer para una cómoda berlina (XJ), en uno de los dos casos habrá sobredimensionamiento de piezas, y por ende, sobrepeso. De no ser así, las diferencias introducidas en cada plataforma para cada modelo serán tan grandes que apenas podremos hablar de módulos compartidos…