Chrysler devuelve los préstamos de EEUU y Canadá; Fiat ya posee el 46% del grupo

Dicen que quien paga descansa, así que imagina cómo estarán ahora mismo en Auburn Hills después de que Chrysler haya anunciado el pago de 7.600 millones de dólares a los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, que abrieron sus arcas en junio de 2009 para que el fabricante dejara atrás su situación de bancarrota. Según ha indicado Chrysler, 1.800 millones de dólares del monto son en concepto de intereses.

Gracias a ese dinero, ya no podemos hablar tan jocosamente del Pentágono Estrellado, aunque de nada hubiera servido esta ayuda de no ser por la actuación de Sergio Marchionne, que tomó el timón de la más pequeña de las tres grandes de Detroit cuando ya estaba casi hundida, y consiguió sacarla a flote con un ambicioso programa de saneamiento industrial (no sin víctimas, dicho sea de paso).

El pago, realizado hoy mismo, se divide en 5.900 millones de dólares para Estados Unidos, y 1.700 millones de dólares para sus vecinos del norte. Estas transferencias se han realizado seis años antes de que finalizara el plazo estipulado, lo que obedece no tanto a la recuperada salud de Chrysler (que durante el primer trimestre del año volvió a ser rentable) como al deseo de Sergio Marchionne de aumentar la cuota del Grupo Fiat en Chrysler con la máxima premura posible.

La operación se ha financiado mediante la emisión de duda, pero Fiat también apechugó con 1.270 millones de dólares, necesarios para poder aumentar su participación en Chrysler el 46%. Este es el primer pago real realizado por el grupo italiano, que hasta ahora había basado su avance en el préstamo de tecnología y el uso de su red de distribución para vender modelos de Chrysler en mercados externos (como es el caso del Freemont, alias Dodge Journey).

Con los préstamos devueltos, Marchionne ya puede acariciar con la punta de sus dedos la mayoría absoluta, que se materializará este año con el lanzamiento en Estados Unidos de un modelo urbano con tecnología italiana y previsiblemente el logotipo de Dodge en la calandra. Este nuevo vehículo fue impuesto como condición para obtener el definitivo 51%, pero tras el pago de las deudas, Fiat puede aumentar su participación en Chrysler por encima del 70% comprando el porcentaje de Chrysler que todavía resta en manos del Tesoro de Estados Unidos. También tiene a su alcance adquirir el 40% de Chrysler al fondo de pensiones del sindicato UAV, que actualmente posee el 45,7% del fabricante.