Cuando un BMW no llegaba a merecer el nombre M puro, hasta la fecha los bávaros se habían conformado con apellidarlo «is», dejando entrever prestaciones, pero sin estética «arrebatadora». Pero con la llegada de las variantes «M Performance» parece que la cosa va a cambiar.
Cuando los alemanes presentaron esta nueva línea de productos, a medio camino entre las versiones «normales», y los más prestacionales M «puros», comentaron que cada M Performance contaría con una motirización exclusiva, no compartida con el resto de la gama, algo que ya ocurría con los «is». La diferencia estará en el enfoque: los modelos de M Performance van tarados para un apetito prestacional superior, con una suspensión más dura, un escape que suena más, y un kit de carrocería convenientemente aplicado.
Así que ya sabes, se acabó la era «is», ahora toca buscar un «M Performance» si el bolsillo no te da para un auténtico «M Power».
