El culebrón sin final de Saab

Ya no sé ni qué chascarrillo hacer para abrir noticias de Saab. Pasan los días, y aunque se esperaba una resolución de la situación de venta para la semana pasada, la cosa no se ha concretado. Por un momento parecía claro que estaba todo vendido ya a National Electric Vehicle Sweden AB, una joint venture creada entre una compañía china y otra nipona para el desarrollo de tecnologías del automóvil eléctricas, pero que no ha concretado en ningún momento si ensamblaría coches en Trollhattan, si mantendría el uso del nombre de marca, o si mantendría la base sueca.

Pero es que tras dar por hecho esa venta gracias al desliz de un político de la ciudad, que desveló la información para ser a continuación contradicho por un compañero que afirmaba que las cosas no estaban vendidas, ahora parece que Youngman también podría estar metida, de nuevo, en el tirón final. Los chinos habrían realizado una última oferta con compromiso de inversión a largo plazo para reflotar la marca con productos «convencionales».

Ya no nos creemos nada, la verdad. Hemos dado tantas veces al negocio de Saab por muerto o vendido que la aventura ya aburre, y seguirle el hilo resulta cada vez más complicado. Nos queda la esperanza de que, esta vez sí, esta semana sea la definitiva.