La escasez de una resina sintética pone en alerta a los fabricantes de automóviles

El terremoto y subsiguiente tsunami que arrasaron la costa noreste de Japón el año pasado dejaron en evidencia lo que puede suceder cuando una industria globalizada depende de fuentes de suministros centralizadas. La pérdida temporal de varias fábricas de pintura, componentes electrónicos e incluso diferenciales causó una situación de desabastecimiento que forzó el cierre temporal de varias factorías en todo el mundo y el retraso de entregas; una situación que podría volver a repetirse por culpa de un desafortunado accidente industrial.

El 31 de marzo una enorme explosión en la fábrica de Evonik Industries situada en Ruhr, Alemania, se cobró la vida de dos personas y causó el cese absoluto de la producción de ciclododecatrieno, un compuesto necesario para la fabricación de la resina sintética PA-12. Esta sustancia se utiliza en los manguitos de los sistemas de combustible y frenos, así como en los propios depósitos y bombas. El problema para la industria de la automoción es que Evonik es una de los principales productores de ciclododecatrieno, y sin él la capacidad mundial es «muy limitada».

La situación podría tornarse «severa» si no se encuentra una solución dentro de poco. TI Automotive, que suministra sistemas de conducción a los principales fabricantes, cree que hay un riesgo elevado de que se congele la producción de componentes realizados con PA-12 en varias fábricas, lo que a su vez podría ocasionar problemas al resto de la industria. En consecuencia, proveedores de componentes y fabricantes de coches se reunirán el día 17 para ver cómo solucionan este imprevisto que vuelve a poner de manifiesto la necesidad de diversificar las fuentes de suministros y materias primas.