Mazda1: posible nuevo modelo para el segmento A

Su objetivo es reducir las emisiones de la marca y levantar las cifras de ventas tanto en los mercados emergentes como en los más consolidados. De momento es un proyecto cuya viabilidad está siendo estudiada, pero podría llegar a ser una realidad en la segunda mitad de esta década.

Un nuevo Mazda1 podría estar en camino. La firma japonesa estudia la creación de un modelo que se situaría por debajo del Mazda2 para ayudar a subir el volumen de ventas tanto en los mercados ya consolidados como en los emergentes. De momento es solo un proyecto y, según dice el Director de ventas y marketing a nivel global, Yasuhiro Aoyama, aunque se le de luz verde no saldría a producción en ningún caso antes de la segunda mitad de esta década.

También tiene claro Aoyama que el Mazda1 llegaría a la gama con una misión fundamental: ayudar a reducir la cifra de emisiones de la marca para cumplir las exigentes normativas europeas que están por venir. Por ello, la ligereza de peso y el downsizing estarían presentes, a todas luces, en el pequeño Mazda. Con respecto a los países emergentes, la idea sería lanzar un producto de bajo coste en el sudeste de Asia, al estilo de los vehículos propuestos por Nissan en su recientemente resucitada división Datsun. Esto quiere decir que, muy probablemente, la calidades y terminaciones serían diferentes según los mercados a los que van destinados.

Parte del estudio de viabilidad del Mazda1 engloba la posibilidad de un acuerdo de colaboración entre Mazda y alguna otra marca para aprovechar las sinergias, al estilo del hermanamiento entre Toyota y PSA (vídeo de la fábrica de Vigo) para la creación de los Toyota Aygo, Peugeot 107 y Citroën C1. Suenan los nombres de Fiat y Ford como posibles candidatos. La marca italiana acaba de firmar un acuerdo con la japonesa para crear un cabrio partiendo de la siguiente generación del MX-5, que llegará en 2014; sobre Ford -su antiguo propietario- hay que recordar que el Fiesta comparte plataforma con el Mazda2 desde el año 2002.

Aoyama dice que, en cualquier caso, su empresa tiene la capacidad de fabricar el coche sin ayuda externa. Eso sí, antes de lanzar este y otros nuevos modelos habría que hacer más rentable la red de Mazda en Europa, ya que en algunas zonas aún no es del todo sostenible.