Produce frustración, rabia y tristeza, cuando Alonso dice que se conforma con alcanzar el tercer o el cuarto puesto, en el podio en un gran premio.

Tal debe ser el convencimiento que tiene del limitado rendimiento de su monoplaza, nada menos que un Ferrari, cuando después de tantos intentos frustrados comprueba como ya son seis o siete los rivales a los que no puede seguir en la pista.

Empiezo a tener el temor de que algo peor está a punto de pasar en esta mítica escudería.

Primer error: dejar marchar a Montezemolo por desavenencias y tensiones dentro de FIAT.

Segundo error: poner al frete del equipo a una persona sin experiencia, cuyo mérito para conseguirlo, es su éxito como gestor de la marca en Latinoamérica.

Y por último: ¿qué va a decidir la sucesora de Emilio Botín sobre el futuro patrocinio del banco de Santander?.

Creo, aunque no lo deseo, que Fernando acabará dejando Ferrari con las manos vacías después de tanto esfuerzo inútil. Un piloto como él, entre los más grandes de este deporte, merece algo mejor y de nada me basta ni creo que le sirva a él, que todo el mundo, incluidos sus rivales, admita que es el mejor de la parrilla.

Paco Costas