Establecer comparaciones a los automóviles de hoy con los que se fabricaban hace sólo un par de décadas, sería un empeño absurdo.

Los avances logrados en materia de seguridad, confort y prestaciones han alcanzado actualmente una distancia sideral con los de entonces.

Pero al mismo tiempo la masificación en cuanto a su aspecto exterior, ha perdido una parte de la magia.

Antaño, el diseñador convertía casi en arte cada nuevo diseño haciéndolo fácilmente identificable: Jaguar, Alfa Romeo, Rolls Royce, Blentley, Aston Martin, Mercedes, MG…

Con la excepción de Rolls Royce y Alfa Romeo, el resto, la mayoría, ahora resultan difíciles de localizar a simple vista o cuando circulan por la carretera; hasta el emblemático MINI se ha vestido con traje largo perdiendo una buena parte de su encanto.

Emilio de Villota me dijo un día que el automóvil se ha convertido en un electrodoméstico y tenía razón; ahora, como las neveras o las tostadoras, son casi todos iguales, pero con muchas luces de colores.