Algo había que hacer. Quienes conducen como criminales deben ser tratados como criminales. Estoy totalmente de acuerdo. Pero mucho cuidado con las interpretaciones a la hora de sancionar, y, si las sanciones, como se anuncia, pueden dar con un ciudadano en la cárcel sin ni siquiera tener el derecho de recurrir o beneficiarse de la gracia de un posible indulto, según propone el ministro de Justicia, por faltas tipificadas como delitos contra la seguridad del tráfico y, por tanto, de todos los ciudadanos. Quizás habría que preguntarle cuándo se encarcela o se le priva de su condición de juez, a aquellos jueces que, por desidia probada, ponen en libertad a un delincuente. Eso sí que es una amenaza para toda la sociedad.

De algún modo, cuando se esta proponiendo la retirada del carné o del ingreso en prisión de un conductor, si el delito no ha sido escrupulosamente probado y el condenado ve mermado su derecho a defenderse con pruebas fehacientes y contrastadas, el agravio comparativo con otros graves delitos es evidente.

Los ciudadanos españoles estamos un tanto perplejos ante decisiones judiciales de gran trascendencia social, en las que, asesinos convictos y delincuentes multireincidentes, gozan de una lenidad difícil de entender.

Una vez más abogo por el carné por puntos, pero sigo planteándome serias dudas sobre su aplicación justa y equilibrada. No se puede aplicar la tabla rasa en medidas en la que, los criterios diversos y las interpretaciones, van a depender de personas falibles y poco preparadas en muchos casos. Por otra parte, sigo esperando que alguien me diga con que medios cuenta la DGT para llevar a la práctica tal piélago de medidas y quienes se van a encargar en la práctica de vigilar para que puedan llevarse a efecto.