Ahora que los medios de comunicación están acuñando la palabra “cazar” al referirse a los incautos que caen en las redes del radar, me gustaría que se utilizase la mía, “pescar”, por parecerme más idónea y más acorde con la técnica que está empleando la DGT con los radares.

¿Se han fijado en esos pescadores que, desde la playa o al borde del muelle, colocan varias cañas sobre unos trípodes, mientras, sentados en una silla de tijera esperan leyendo el periódico a que los pobres peces muerdan el señuelo? De este modo, todo lo que tienen que hacer es ir echándolos en la chistera (así se llama la cesta del pescador) a medida que los sacan del agua… Y, claro, a cuantas más cañas y más cebos, si no pica unos pican otros.

¡Así cualquiera! Sin embargo, el verdadero pescador, el que con su esfuerzo físico les da a los peces la oportunidad de defenderse, es el pescador de truchas. El pescador de truchas tiene que recorrer arriba y abajo el río, o el abrupto torrente de montaña, si quiere conseguir algo. “Las truchas las pescan las piernas”, reza el dicho entre los buenos pescadores.

¿Es que la DGT cree que el problema de los accidentes de tráfico lo puede resolver sólo la instalación de más y más radares? Si es así, están totalmente equivocados y en unos meses veremos que se ha conseguido además de incrementar los ingresos por multas para las arcas del Estado. Las truchas las pescan las piernas y el pescador de truchas haría el más espantoso ridículo si, en cada charca, en cada remanso, del río, colocase su caña sobre un trípode y se fuera a su despacho a esperar que piquen.

La vigilancia de nuestras vías y el cumplimiento de la ley, sólo se conseguirá algún día, si los encargados de hacerlas cumplir recorren los ríos del tráfico con los medios y en la cantidad suficiente. Entretanto, desde los despachos de la DGT, todo lo que se hace es ordenar más y más radares y esperar a que lluevan las denuncias.

¿Dónde está la labor educativa y divulgativa que están necesitando cada vez más nuestros niños y nuestros jóvenes conductores? ¿Para cuando la modificación de los sistemas de examen? ¿Por qué, al mismo tiempo que el presidente del Gobierno saca pecho en el Congreso de los Diputados ofreciendo al Ministerio de Interior más radares, no obliga a las televisiones públicas a dedicar espacios a la educación vial, en lugar de tolerar la emisión de basura que nos sirven en las mejores horas de audiencia?

Señor Navarro, su capacidad imaginativa, innegable, ha logrado que, desde hace tres o cuatro meses, al menos, la seguridad vial esté de moda, pero mucho me temo que después del tiempo transcurrido, lo que ahora está de moda y de lo que hablan la mayoría de los conductores españoles, no es muy halagador que se sepa.

Créame, no sabe como desearía que su trabajo diese el fruto perseguido, pero, desde luego, instalando más y más radares, si la medida no va acompañada de otras importantes decisiones que usted no ignora, la DGT seguirá “pescando” y esperando en sus despachos a que los peces sigan cayendo.