En 1974, Bernie Ecclestone, Colin Chapman, Tedy Mayer, Max Mosley, Ken Tyrrell y Frank Williams fundaron la FOCA (Formula One Constructors Association), con sede en Londres.

Hasta entonces, los equipos negociaban sus contratos por separado con los organizadores de los Grandes Premios, según su momento de éxito y sus resultados.

A partir de la creación de la FOCA, se creo un bote común y Ecclestone, su presidente, que por entonces también era propietario del equipo Brabham, comenzó a negociar los contratos en nombre de todos.

En marzo de 1981, la FOCA consiguió llegar a un acuerdo con la FIA, el Acuerdo de la Concordia, por el cual se autorizaba a Ecclestone, en nombre de la FOCA a negociar los derechos de televisión.

Todas las cantidades obtenidas se vienen repartiendo desde entonces entre los equipo siguiendo un complicado baremo, que, al menos, mientras yo seguía la F1 como periodista en directo, se contaban los resultados, los puntos obtenidos, las vueltas dada en cabeza, las poles, las vueltas rápidas, etc.

Este sistema que, a todas luces favorece a los equipos grandes en detrimento de los más modestos, pretende ahora ser modificado con el fin de que todos tengan acceso a la suculenta tarta por igual con el fin de que todos dispongan de medios con que financiarse y, de este modo mejorar sus posiciones en la parrilla y hacer más abiertas e interesantes los GP.

Todo este complicado entramado es dirigido por Ecclestone que, además de presidente de la FOCA, es el vicepresidente de Promotional Afairs de la Federation Internationale du Sport Automobile (FISA), el órgano de gobierno de este deporte. Por si fuera poco, Ecclestone ejercita también el derecho en exclusiva de otorgar los GP, los organiza, y muchos de los circuitos donde se celebran son de su propiedad o tiene una parte de ella.

El resultado de tanto poder en una sola mano ha conseguido transformar un deporte relativamente modesto en el más caro del mundo, con aportaciones millonarias de grandes firmas internacionales y en el que, el contenido de la caja, alcanza valores impresionantes.

Pero este hombre de 77 años, con una inteligencia poco común y con una Fortuna en la actualidad entre las más grandes del Reino Unido, acaba de darse cuenta de que, si el público ya sabe de antemano que los ganadores, cíclicamente serán siempre los mismos: Ferrari, Mclaren, Willimas, Renault, poco a poco se irá perdiendo el interés y con ello la gallina de los huevos de oro.

Entretanto, los más modestos, por falta de medios seguirán siempre de la mitad de las parrillas para abajo. Ecclestone, dando una vez más muestras de su visión de futuro, ha promovido una reunión de todos los equipos en la que se trata de repartir los ingresos entre todos por igual. Como era de esperar, los que ya van en machito se niegan y si no se consiguen siete votos a favor para tomar la decisión, la propuesta se quedará en nada.

Según una información aparecida en la revista británica Autosport, firmada por Jonathan Noble, la Fórmula One Management(FOM), que es la encargada de repartir la tarta, se ha reunido para tratar el tema presidida por Ecclestosne y con la presencia de todos los representantes de los equipos: al parecer los sentimientos están encontrados: por una parte, según Jonathan Noble, en Autosport, todos saben que la continuidad de este deporte-espectáculo depende de que los grandes tomen la decisión acertada, ya que, para los más modestos, de no ser así, está en peligro su supervivencia.

Paco Costas