Génesis de un campeón

La historia comienza con la pasión por las carreras de un joven asturiano apoyado por un padre que lo supedita todo a las condiciones innatas que descubre en su hijo

El siguiente paso, corresponde a quienes, viendo las grandes posibilidades del joven piloto, le ayudan y dan una oportunidad (Adrián Campos).

Su aparición a bordo de un fórmula 3000 en el circuito de Spa, hace que los grandes patronos se fijen en él y Minardi le da su gran oportunidad en F1. En los primeros meses de su estancia en esta escudería italiana, le pregunté a Jean Carlo Minardi sobre las posibilidades del español y, ésta fue su respuesta: “Alonso e un grande pilota”.

El destino sigue cubriendo sus plazos, y, en el equipo Renault se empieza a forjar la leyenda que da paso a la “Alonsomanía”: Piloto más joven en ganar un GP y en alcanzar un título mundial…Vuelve a repetir título y, esta vez, lo hace batiendo en toda la línea al más grande en éxitos de la F1 moderna, el alemán Michael Schumacher.

Y algo que nunca había ocurrido en este país; los grandes patrocinadores se pelean por unir su nombre al fenómeno. Todo lo que toca Alonso, hasta el día de hoy, al igual que el rey Midas, lo convierte en oro.

La 5 Televisión, tiene, sin duda, mucho que ver con el súbito interés del gran público al descubrir, con magistrales retransmisiones, un mundo hasta entonces ignorado por los grandes medios de comunicación españoles(Dios sabe lo que, Del Arco, Rosés y yo mismo, tuvimos que pelear en su día por un hueco modesto en muchos de estos medios).

En el 2007, con demasiada anticipación, Alonso anuncia su marcha del equipo francés en el que gozaba de gran estima y de uno de los monoplazas más competitivos. Pero ni él ni sus representantes saben que le están metiendo en la boca del lobo (Ron Dennis, el patrón de Mclaren, es un verdadero dictador, al que le ha costado mucho llegar, y un intrigante que
no se casa con nadie.

Y la cosa se complica todavía más cuando aparece en escena un joven piloto británico de color, que además de un gran talento, cuenta con las preferencias de su mentor, Ron Dennis.
El forzado hermanamiento acaba mal: los dos pilotos pierden su oportunidad clara de ganar el mundial, Dennis es multado y amonestado por acciones antideportivas y, Alonso, que juega un papel decisivo en la denuncia, tiene que irse del equipo en el que encuentra ya con un ambiente hostil.

Vuelve a Renault, y la afición, y, sobre todo, los patrocinadores (con la excepción de Botin- Banco de Santander- premonitor o banquero avispado), se siguen volcando con él. Como resultado de la onda expansiva que todavía provoca su nombre, nace el bello y multimillonario proyecto de Valencia y su circuito urbano. Mientras, durante los nueve meses que dura su gestación, el interés de la afición recién llegada a este deporte, disminuye de semana en semana, en la misma proporción que disminuyen los éxitos del piloto español. Y la tendencia, después del fracaso fortuito de en el GP de Europa, o mucho me equivoco, o puede continuar hasta final de temporada.

¿Qué nos espera? Si no aparece otro joven piloto español- Ecclestone ya lo ha anunciado en una entrevista en el diario El Mundos-, el paso de Alonso a Ferrari, algo bastante problemático, o aBMW, como segunda opción, el futuro de la eclosión mediática provocada por este joven portento del automovilismo, puede quedar reducido a lo que siempre fue, un deporte minoritario seguido por un grupo de “locos de la gasolina”.

Si es así, no le arriendo las ganancias a ese medio de comunicación que ha pagado una cifra astronómica por los derechos de televisión. En ese caso, el único que se seguirá frotando las manos, será ese genio de un metro y medio de estura y 77 años, llamado Bernnie Ecclestone.

Yo me confieso uno de esos “locos de la gasolina y de la “Alonsomania” y prefiero no pensar en ese triste final.

Paco Costas