Lo sabe Ecclestone, lo sabe Ron Dennis, lo saben hasta los que lavan los camiones y montan los motorhomes, lo sabe el Sursum corda, lo confirmaría el mismísimo Ayrton Senna si se levantase de la tumba y, por supuesto, también lo sabe el Lucca de Montezemolo; Fernando Alonso es el mejor piloto de la Fórmula 1 actual mientras no se demuestre lo contrario.

Su actitud al declarar públicamente que no contrataría al español, me trae a la memoria la famosa fábula de la zorra y las uvas: “no las quiero porque no son dignas de mi exquisito paladar” y esto lo confesaba con tal de no reconocer que por muchos intentos que hiciese nunca lograría alcanzarlas.

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Montezemolo que, en su día, ponderaba el talento de Alonso subiéndole a las nubes, en lugar de admitirlo ahora, oculta sus verdaderos motivos a sabiendas, y la historia de Ferrari así lo confirma: jamás piloto alguno fue capaz de subirse a las barbas de la mítica marca del Caballino Ramparte. Ni siquiera Lauda, con dos títulos en el bolsillo, logró pasar por encima de Enzo Ferrari, y, Fernando Alonso, ya lo ha demostrado, es de los que no se callan.

Michael Schumacher, el piloto que más gloria a conseguido para Ferrari en los últimos años, trabajó siempre con el equipo y, que yo recuerde, nunca hizo la menor crítica sobre su coche, ni cuando las cosas no le iban muy bien al equipo de Módena.

Resulta sintomático comprobar como, cuando aún no estaba terminada la temporada actual, Ferrari y BMW se apresuraron de la noche a la mañana en confirmar sus pilotos para el 2009, las dos únicas escuderías capaces sobre el papel de poner en manos de Alonso un coche ganador, con la excepción de Mclaren. Hasta Briatore que, hasta hace unos días se ponía de rodillas para convencer a Alonso para que permaneciera en Renault el año próximo, empieza a dar muestras de cansancio porue sabe que tiene en sus manos un monoplaza que empieza a perfilarse como uno de los importantes a batir en el mundial del 2009.

Paco Costas