Todos sabemos que las bajas temperaturas hacen que aumente el volumen del agua almacenada en los sistemas de refrigeración del motor. Este aumento de volumen hace que, al agua, al expansionarse, rompa manguitos o lo que es aún peor, produzca grietas en la culata o el bloque motor.

¿Sabe si en algún momento, por avería, por una pequeña pérdida que le ha obligado a ir rellenando con agua corriente (sin anticongelante), la capacidad de anticongelante de fábrica ha disminuido perdiendo su eficacia?

Cerciórese de que nada de esto le ha sucedido a su vehículo, antes de emprender un viaje a lugares donde se esperan fuertes descensos de las temperaturas. Es fácil, ante la duda, prevenir esta contingencia añadiendo anticongelante concentrado siguiendo las instrucciones y los grados que marca el envase; las averías que puede causar el agua congelada en el interior de un motor, además de dejarle tirado, suelen ser muy caras.

Paco Costas