La crónica de la carrera, en la que fue claro vencedor el español seguido de Kubica y de Raikkonen, después de una primera vuelta accidentada desde la primera curva, deja el título en el aire a falta de dos únicas carreras. China y Brasil. Hamilton, causante de los primeros incidentes, fue penalizado al igual que Massa, pero éste último terminó séptimo y logró dos puntos que dejan en cinco su diferencia mínima de cinco con el líder británico.

Pero los detalles del GP cuando inicio esta crónica, ya han dado la vuelta al mundo, y cuando está a punto de terminar el mundial, con independencia de su resultado final, prefiero hacer algunas consideraciones directamente relacionadas con la carrera realizada por Alonso y sobre lo que deberían haber sido los dos últimos años para el español si no hubiesen sucedido una serie de acontecimientos que, en mi opinión, interrumpieron su trayectoria en pos de un posible empate futuro en títulos con Michael Schumacher.

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Las vueltas de Alonso en el circuito japonés, a raíz de su segundo repostaje, ganándole décima a décima al BMW de Kubica, hasta que entró vencedor en la meta, me volvieron a confirmar que, después de Schumacher, el piloto más laureado y seguramente el mejor de los últimos años, que ha confesado en una entrevista que figura en esta página, «que sus dos últimos años fueron los más difíciles», fue desbancado por un joven Alonso que le hizo esforzarse al máximo hasta provocar su retirada.

Después de aquella memorable carrera de Brasil, donde el alemán, en un alarde de pundonor, le hizo un adelantamiento a Raikkonen en las eses de Senna para los anales de este deporte, cuando ya tenía todo perdido por causa de un pinchazo, en la que era su última carrera, un incontenible Alonso tomaba el cetro que, de no haber sido por el error de su marcha a Mclaren, estaría en estos momentos, no tengo la menor duda, siguiendo los pasos, del alemán.

El deseo de Alonso, al dar un salto al equipo británico, está justificado: ¿qué piloto no quiere ascender hacia aquello que pueda proporcionarle más éxitos en su carrera? Y todo, sobre el papel, parecía ofrecerle esas garantías.

Pero el resultado de aquel paso, yo creo que innecesario cuando le sonreía ya la fortuna en el equipo Renault, demostró ser un error; Alonso no contaba con que Ron Dennis iba a aprovechar su experiencia y el aporte seguro del dinero de importantes patrocinadores, para ponérselo en bandeja a un joven talento británico al que había protegido desde prácticamente su infancia. El resultado de lo vino después, lo conocemos todos.

Creo que no digo nada extravagante o imposible al afirmar que, la permanencia de Alonso en Renault, le hubiera permitido estar optando a su cuarto mundial, y para afirmar esto, veamos como, ni siquiera el Hamilton de ahora, y, mucho menos, Massa o el errático Raikkonen, actual campeón del mundo por pura carambola, tienen la velocidad, la consistencia, la ausencia de errores y la experiencia de Fernando Alonso.

Lo de Japón, su progresión vuelta a vuelta con un coche que, sin llegar a Ferrari, Mclaren o, incluso, BMW, empieza ser competitivo en las manos del que yo considero el mejor piloto actual de la Fórmula 1 y digno sucesor de Michael Schumacher, estoy por asegurar que va a decidir a Fernando Alonso por la marca del rombo, donde, su director, Flavio Briatore, qué casualidad, lo ha sido de los dos pilotos más importantes del último decenio.

Paco Costas