En un escenario más propio del decorado de una Play Station, se disputó en el faraónico circuito de Abu Dhabi la última prueba del campeonato mundial de F1 2009. Y, como casi era de esperar, se cumplieron las previsiones, no tanto en cuanto a su resultado, como a la línea general de aburrimiento que han constituido la mayoría de carreras a lo largo de la temporada que ahora termina. La otra previsión, también cantada desde el principio del campeonato, ha sido la frustrante actuación de Fernando Alonso de la que, muy bien podría decirse que ha sido sobrellevada por el español con la mayor dignidad teniendo en cuenta la máquina que pusieron en sus manos.

Para hacer una reseña de la carera que tuviese cierto aire épico, lleno de emociones, o deportivo, haría falta un periodista muy imaginativo. Yo no me atrevo.

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Creo que sólo el vencedor, el joven Vetel, merece mención por su impecable carrera de principio a fin y no creo que, de haber permanecido Luis Hamilton sobre la pista, el resultado hubiese variado gran cosa después de ver lo que estaba sucediendo en las primeras vueltas. Lo que vimos durante las últimas entre Button y Webber, tuvo sus minutos de emoción, pero resultan comprensibles las dudas de Button enseñándole el morro en un quiero-no-quiero cuando ya tenía el título en el bolsillo del mono.

Ahora, al aficionado sólo le queda tratar de olvidar y consolarse con la diferencia y la lección que están dando los “chicos” del mundial de motos y esperar que, dentro de un poco más de un centenar de días, podamos ver a Fernando Alonso en Ferrari, pero sin caer en el optimismo de creer que el español, a pesar de su reconocido gran talento, vaya a borrar del mapa de un plumazo a todos sus rivales incluido su propio compañero de equipo.

Atención al joven Vetel hambriento de gloria y capaz de volar si dispone de una maquina fiable.

El otro español que espero que repita el año próximo, Algersuari, parece haberse comportado de forma un tanto tímida y aún no ha dado muestras de llevar dentro esa chispa especial que las grandes figuras siempre han demostrado desde que se vieron al volante de un Fòrmula 1 por primera vez. En fin, habrá que esperar.

Paciencia , amigos paciencia. Siempre he deseado que el invierno diese paso a la primavera lo más rápidamente posible: este año mucho más.

Paco Costas