Los pilotos de F1 son seres de otro planeta

He tenido la fortuna de presenciar todos los GP de F1 que tuvieron lugar en el circuito de Jerez desde el primer año de su construcción, y jamás pude imaginar que volvería a ver las vías de acceso al circuito colapsadas y la enorme muchedumbre de aficionados que se dieron cita en las tribunas el sábado y el domingo que fueron los días en los que participaba Fernando Alonso.

Cuando ahora veo algo que parecía imposible, salvo en la carrera del mundial de motos, no puedo dejar de admitir con enorme satisfacción como proliferan nuevas y fabulosas instalaciones de karting en toda España y como miles de chavales practican ya este deporte soñando con ser algún día los sucesores del piloto asturiano. El fenómeno de lo que hoy es el presente y el futuro de la F1 en España, tiene un nombre indiscutible. Fernando Alonso.

El español, durante los dos días que se mantuvo girando sobre el trazado jerezano, ha completado más de 270 vueltas, muchas de ellas a ritmo de carrera.

Para aquellos que alguna vez han competido en una carrera de automóviles, lo realizado por Alonso y otro buen número de los que participaban en los entrenamientos, es una verdadera hazaña sólo soportable por estos deportistas que casi parecen extraterrestres.

Una carrera de F1 dura aproximadamente una hora y media. Durante ese espacio de tiempo, el piloto mantiene una concentración absoluta que sólo es interrumpida por las ordenes que le dan desde su equipo.

Durante unos entrenamientos en los que un piloto conduce durante ocho horas, como en el caso de Alonso, realiza durante dos días ocho veces las vueltas de un GP; la preparación física y el nivel de concentración, constantemente interrumpido con numerosas paradas, tiene que ser el que, sólo un superdotado, es capaz de mantener.

Tuve ocasión de hablar con él cuando se retiraba a descansar en el hotel, cambié un breve comentario sobre lo que suponía lo realizado durante el primer día y me confesó que estaba rendido.

Pero, al día siguiente, volvió a hacer lo mismo como si el anterior no hubiese tenido importancia. Le pregunté esa mañana a su padre, José Luis, si el piloto había descansado, y me dijo que estaba otra vez fresco y en forma para repetir la hazaña. Si no se ve, es difícil de creer. Yel viernes más de los mismo en Montmeló.

Ciertamente, los pilotos de la F1, son seres de otro planeta.

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Despues de dar más de 130 vueltas al circuito de Jerez, Alonso todavía tuvo tiempo para departir con amigos y algunos niños. En la foto se percibe el enorme cansancio del español.
(foto José María Rubio)

Paco Costas.