ANTES DE GIRAR LA LLAVE

Otra parte de las revisiones finales, antes de iniciar el viaje, es el apartado BOTELLAS DE GAS.

Debemos comprobar en que punto de llenado se encuentran; verificar el cierre de suministro y el sistema de sujeción. En ningún caso deben permanecer en servicio durante la marcha.

Una fuga de gas, por rotura de sus conductos, en una colisión, puede originar la explosión y el posible incendio del vehículo.

Durante el invierno, en climas muy fríos de montaña, bajo cero, el gas propano es mucho más resistente a la congelación que el butano.

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Debemos evitar todos los ruidos molestos que producen objetos sueltos en el habitáculo que acaban haciendo perder la concentración durante la conducción.

Las autocaravanas, por muy insonorizadas que pretenda el fabricante construirlas, son normalmente ruidosas durante la marcha; sujetar y cerrar los cajones de la cubertería, los inevitables recipientes metálicos: sartenes, vasos, platos, o cualquier otro objeto suelto en el interior que, además de resultar muy molestos, se convierten en auténticos proyectiles en el caso de una deceleración instantánea por frenazo o fuerte colisión. Un simple ordenador de un kilo de peso, aumenta cincuenta veces su peso cuando sale despedido durante un choque severo.

Una última mirada alrededor del vehículo, para comprobar que las conexiones eléctricas el escalón de acceso han sido retirados, y que todas las ventanas y trampillas de ventilación no permanecen abiertas. Si tenemos una antena parabólica, comprobar que esta correctamente plegada.

Si todo está en orden, los pasajeros llevan los cinturones de seguridad correctamente colocados, accedemos a nuestro asiento, arrancamos el motor, regulamos los retrovisores, nos ceñimos el cinturón y emprendemos el viaje.

En la próxima entrega, hablaremos de la conducción.

Paco Costas