¿Cuándo llegará el día en que las autoridades españolas encargadas de promocionar el turismo, y los municipios, sobre todo, de nuestras costas del Sur y de Levante, se den cuenta de la enorme importancia que tiene el autocaravanismo y los beneficios que aporta?

Escribo este comentario desde el fantástico aparcamiento en que me encuentro en un pequeño pueblo portugués a muy pocos kilómetros de la frontera con Huelva, en el Algarve.

Con capacidad para un centenar de autocaravanas, asfaltado, con electricidad y servicios de vertido y reposición de aguas y atendido con exquisita amabilidad por un par de empleados que se encargan del buen orden del lugar las 24 horas, produce cierta envidia y también vergüenza, sobre todo cuando lo comparo con la mugre de algunos mal denominados aparcamientos para autocaravanas en lugares tan peregrinos como polígonos industriales o sucios descampados en medio de ninguna parte y sin servicios de ninguna clase que encontramos en España.

image

¿Cuándo los ediles de pequeños y bellísimos pueblos de nuestras costas, se van a dar cuenta de que los viajeros de autocaravanas son clientes itinerantes y consumidores con capacidad de compra?

¿Por qué en lugar de especular, y en muchos casos, como se está descubriendo todos los días, recalificar suelo para enriquecerse, no han pensado en el futuro de su pueblo y la captación de mayores ingresos gracias a éste despreciado mundo del autocaravanismo?

¿Por qué las policías municipales se empeñan en hacernos el viaje imposible sin dejarnos descansar en ningún sitio?

image

¿Por qué? ¿Por qué? Cuándo más necesitamos de ingresos y de ser comprendidos por los ciudadanos de otros países, nos empeñamos en que huyan de España cuando reciben tan mal trato?

¿Hasta cuando?

Da gusto ver como, este pequeño lugar del país hermano, se desvive por atraernos a sus negocios, restaurantes y tiendas de todas clases, sin abusar de los precios y con una sonrisa y un “moito obligado” y un “bienvindo” a flor de labios.

image

Paco Costas