Cuando las autoridades de Turismo lanzan a bombo y platillo la buena nueva de un considerable aumento de ingresos provenientes del turismo, por alguna razón inexplicable, entre las medidas para incentivar y aumentar una partida tan decisiva para las arcas del Estado, no figura nunca la política a seguir para facilitar los viajes por España a los usuarios de caravanas y autocaravanas, cuyos visitantes son consumidores que, casi siempre, gastan por encima de la media del turista que viaja por otros medios.

La forma en que, con demasiada frecuencia, somos tratados por las policías y los ayuntamientos de las autonomías en toda España, es totalmente injustificable e injusta; y lo peor es que ese mal trato y las prohibiciones para encontrar lugares donde aparcar, no se limita solamente a los usuarios españoles, sino que afecta a los miles de extranjeros que son sorprendidos por la absurda actitud de las autoridades españolas y huyen de nuestro país lo más rápidamente posible.

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España es el único país de Europa en el que, en lugar de dar facilidades a este colectivo de turistas- casi todos de clase media alta- que, visitarían y gastarían su dinero en nuestro país, si encontrase las facilidades y la buena acogida que reciben en otros países. Los españoles, a la menor oportunidad, también preferimos gastarnos el dinero en otros lugares en los que siempre somos bien acogidos.

Si hablamos de modernidad y de futuro, el de los sufridos usuarios de autocaravanas y caravanas, ofrece, en este momento, un horizonte bastante sombrío.

Paco Costas