Hasta que en 1917 la Revolución rusa acabó con los últimos zares, durante siglos, la vida de los más desfavorecidos estuvo en manos de la realeza, la aristocracia y el clero. Hoy, en el siglo XXI, estamos en manos de la banca mundial y de intereses espurios de magnates disfrazados de corderos.

Viviane Reading y Michel Bernier, miembros de la Comisión Europea de la Competencia, han tildado de Banksters (véase analogía con gansters), a los responsables de cuatro de los más grandes bancos del mundo que, denunciados por el español Joaquín Almunia, presidente de la comisión, van a ser castigados con sancionas multimillonarias por haber alterado los intereses que graban las hipotecas, poniéndose de acuerdo entre ellos para establecerlos.

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Al parecer, no figura ningún banco español entre los sancionados, pero sabemos que las mismas prácticas para subir los precios de los combustibles, la energía, y quién sabe cuántos productos de los que consumimos, son manipulados también en España en comandita, en lugar de salir al mercado en abierta competencia entre ellos.

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Españolito que esperas en la cola del autobús, haga frío o calor, para acudir a tu trabajo cada mañana, comerciante que abres tu negocio esperando que ese día sea un poco mejor que el anterior, cirujano que a las ocho de la mañana ya le han llevado al quirófano a un paciente para intervenirle, en una palabra, el español que trabaja, que madruga, que paga sus impuestos, que vive pensando en un futuro mejor…..¡olvídate!, tu vida, tu bienestar, tus sueños, tus esperanzas, están en las manos de esos rufianes que rigen nuestros destinos, sin que en ningún momento les tiemble el pulso al hacerlo.

Paco Costas