En 1988, cuando el equipo Maclaren, con motores Honda, dominaba el mundial de F1, le hice una entrevista a su propietario, el británico Ron Dennis, durante unas pruebas en el circuito Paul Ricart.

A mi pregunta sobre qué era necesario para acumular tantas victorias y tanta superioridad sobre sus rivales (aquel año lo ganaron todo), me contestó: “Tener el mejor chasis, el mejor motor, los mejores neumáticos, y los mejores pilotos”

Estoy completamente seguro de que Fernando Alonso piensa lo mismo, después de sus experiencias en un equipo que le eligió para que siguiera la estela de Schumacher y su, hasta la fecha, inigualada lista de éxitos.

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Escribo este comentario en la madrugada y víspera del GP de Brasil, cuando Alonso ha logrado ya el tercer puesto de la parrilla bajo la lluvia, y es muy probable que incluso pueda ganar la última carrera de su infortunada temporada; una más, en la que no se han cumplido ni las esperanzas del piloto ni las expectativas de Ferrari.

Ni el piloto con más talento del mundo, y Alonso lo tiene, si no dispone del mejor monoplaza y del mejor equipo del momento (y yo le añadiría, una buena dosis de suerte de la que no tuvo Rindt cuando ya lo había conseguido), en la F1, muy especialmente, ganará jamás un mundial.

Nuvolari, Varzi, Caracciola, Ascari, Farina, Fangio, Jim Clark, Stewart, Fittipaldi, Lauda, Piquet, Andretti, Mansell, Prost, Hakinen, Senna…., todos dispusieron del mejor coche y del mejor equipo en el momento adecuado cuando lograron sus títulos. Sterling Moss, Gilles Villeneuve, Clay Regazzoni y Ronie Peterson, entre otros, fueron grandes pilotos dignos de ser campeones, pero nunca estuvieron en ese momento mágico en el que se dan todos los factores para lograrlo.

De los que ahora están en activo: Alonso, Button, Hamilton, Raikkonen, y sobre todo Vettel, todos han vivido ese momento. Por poner un ejemplo, Webber y Massa, como otros muchos, dispusieron del coche, pero en este caso, toparon con Alonso y con Vettel, y se van con las manos vacías.

Alonso, una vez más, tendrá que esperar. Los años y las oportunidades se pasan en el deporte y en la vida; Vettel es aún muy joven, y detrás de él, empiezan a asomar otros talentos con hambre de gloria.

Vamos a desear que, al piloto español Ferrari le pueda ofrecer, en el 2014, una “tercera oportunidad”.

Paco Costas