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Lo que en un principio parecía un problema de Volkswagen, empieza a sospecharse que afecta otras marcas. Estoy convencido de que si se sigue por ese camino, el problema incluiría a la casi totalidad de los motores diésel que se fabrican en el mundo.

De ser así, la paralización de esta industria significaría una auténtica catástrofe que afectaría seriamente a las economías de los países afectados. Por otra parte, las indemnizaciones de miles de particulares y las sanciones de los gobiernos, arruinarían a muchas de estas empresas, se producirían paros masivos y se crearía un auténtico caos,

Es lícito que se intente por todos los medios llegar al fondo del problema tratando de solucionarlo en su justa medida, pero éste puede adquirir tales proporciones, que al final se tendrán que modificar las exigencias y llegar a acuerdos.

Si demonizamos al automóvil como único causante de la polución y del calentamiento del planeta, vamos a empezar por las grandes fábrica de acero, de cemento, la cremación de residuos, los sistemas de calefacción, de climatización, la producción de neumáticos, de acumuladores de energía, las centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles, el oxígeno y el combustible que queman a diario los miles de aviones que surcan los cielos a todas horas…

Nos guste o no, ya es tarde para elegir entre un mundo bucólico y el que nos ha tocado vivir.

Paco Costas