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Al que se le ocurrió esta frase, quizás estaba pensando en los españoles. El odio, el cainismo, la envidia, la ambición desmedida de unos pocos y el ego personal, nunca antes habían hecho tanto daño a tantos desde que hace casi cuarenta años vivimos en democracia.

Resulta absolutamente imperdonable que el futuro inmediato y el  bienestar de los españoles, dependa del odio y de la inquina entre los dos partidos políticos que nos han gobernado durante los últimos treintaiocho años.

Si estuviese en manos de los votantes en estos momentos exigir responsabilidades, los principales responsables deberían quedar inhabilitados para ejercer la política.

A la mayoría de los españoles nos importa un pimiento sus diferencias que más parecen personales que del propio partido.

-Tú me insultaste y no quisiste hablar conmigo, y en tú repudio visceral, me pusiste al nivel de una banda terrorista.

-Tú no eres decente y tu partido es el paradigma de la corrupción. Eres el presidente que ha sumido a los españoles en la miseria; el peor que nunca hemos tenido.

”Españolito que vienes al mundo te  guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”.

El poeta que retrató como nadie lo ha hecho hasta ahora, este país de rencores irreconciliables, pagó con el exilio y el olvido su fe en una de aquellas dos Españas.

Paco Costas