Uno seguidor de mis artículos de opinión en esta web, en Facebook y twitter, me pregunta por qué nunca critico al PSOE, y con esta contestación quisiera dejar clara mi postura.

Cuando acabó la guerra civil, mi madre, separada y con tres hijos que mantener, fue condenada a treinta años y un día por haber trabajado para el partido comunista.

Afortunadamente sólo cumplió tres. Estando ya cerca del final de su vida – muríó a los ochenta y cuatro años en un accidente mientras conducía – me dijo: “hijo, la guerra ha terminado, ahora toca olvidar” y, efectivamente, siempre he procurado ser fiel a su memoria y a sus palabras.

Si en mi ánimo hubiese primado la revancha, lo más lógico es que mis preferencias políticas fuesen de izquierdas. Pero ni izquierdas ni derechas. A lo  largo de todos estos años, mi política ha sido el trabajo y  con él transmitir un mensaje de seguridad a los conductores españoles.

Mi premio más importante es el haber sabido que en alguna ocasión he salvado alguna vida.

Cuando ahora escribo comentarios sobre lo que, en mi opinión, me parece injusto, quienes los lean verán que figuran, además de los consejos a los conductores, todos los políticos, la política, no importa el color, y hasta la propia Iglesia, algo que me ha valido reproches de muchos católicos que yo respeto.