La maniobra de Vettel  contra el monoplaza conducido por  Hamilton, que bien pudo terminar dejando a ambos fuera de la carrera en Azerbaiyan, está siendo muy criticada y suscribo las críticas.

La escena no es nueva y otras iguales,  parecidas, y mucho más peligrosas, jalonan la historia de la Fórmula 1.

Schumacher contra Villeneuve jr,  Prost contra Senna, Senna devolviéndole la faena a Prost a más de doscientos kilómetros por hora, Riccardo Patrese, frenando delante de un modesto rival de forma deliberada en Jerez  provocando un choque entre ambos, Nelson Piquet bajándose del coche y liándose a puñetazos con un piloto sueco casi desconocido cuyo nombre no recuerdo…

Los incidentes a los que me refiero los he presenciado personalmente, pero este deporte seguramente cuenta con muchos más que no he visto.

Si bien es cierto que esas conductas merecen reprobación, quienes, si nos ponernos la mano sobre el pecho, no hemos tenido alguna vez un arrebato de venganza en el tráfico, sin ir más lejos.

En mi opinión, la  actitud  benevolente de los comisarios sancionando a Vettel con un simple “stop and go” fue merecedora de su descalificación automática, al menos, por esa carrera. Pero el espectáculo y los multimillonarios intereses que se mueven, aconsejan cerrar los ojos y que siga la fiesta

Para terminar, digamos: calentarse e intentar devolver la faena es siempre poco civilizado, pero hacerlo a los mandos de un vehículo en movimiento cuando estamos a sus mandos, es siempre peligroso y no conduce a nada.

Pero no todos tenemos la templanza y el dominio del más grande y auténtico “Gentlemen Driver”. Juan Manuel Fangio.