Quizás podamos presumir de una buena red de carreteras en España, aunque no tanto de su conservación. Pero de áreas de descanso, sólo podemos sentir vergüenza.

Ni siquiera en las autopistas de peaje donde se paga por circular, se encuentra una decente.

El panorama de las pocas que existen,  ofrece un aspecto desolador. No tienen ni siquiera lavabos ni agua y todo lo que te encuentras son papeleras que nadie vacía, basura por todas partes y un fuerte olor a orines y excrementos.

El usuario que se ve en la necesidad urgente de detenerse o, simplemente descansar un rato, se comporta de acuerdo con lo que encuentra, un auténtico vertedero de inmundicias.

Si en lugar de estas mal llamadas áreas de descanso, hubiese como en Francia o cualquier otro país civilizado, un servicio diferenciado, hombres y mujeres, agua corriente y la limpieza diaria que requiere, el usuario también se comportaría de acurdo con lo que encuentra.

Si por el contrario, y a pesar de todo, se empeña en comportarse como un salvaje, una fuerte multa si es sorprendido le obligaría a pensárselo ante de hacerlo.