Un tercio de los habitantes del planeta arrastra una vida miserable, miles de refugiados perecen de frío tirados sobre la nieve, la desgracia se abate sobre la bella Italia, se derrumban edificios aplastando a una decena de bomberos; se suceden los atentados terroristas que causan decenas de muertos, riadas, aludes, muertos por causo del intenso frío, desaparecen vestigios históricos destruidos por la más brutal barbarie…

Aquel Dios capaz de separar las aguas del mar Rojo para que Moisés llevara a su pueblo a la tierra prometida, aquel Dios que desde su infinito poder rige los destinos del Hombre ¿hacia dónde está mirando?

Me borré hace muchos años, ahora, presento mi dimisión irrevocable.