Tanto en Canarias como en las Baleares, por su propia orografía, acabarán solucionando la movilidad del tráfico sustituyendo los automóviles que consumen energías fósiles por modelos eléctricos.

Al contrario que en la península, donde una a red de carga parece un proyecto a largo plazo además de la escasa autonomía de los vehículos, en los archipiélagos, los propios confines de las islas van a facilitar mucho el cambio con lo que ello significa de menor polución y ruido.

Para llevarlo a buen término corresponde a los poderes públicos la instalación de puntos de carga en lugares estratégicos de forma que los usuarios emprendan un viaje sin el temor a no poder acabarlo por falta de energía.

Por otra parte, los fabricantes de automóviles ha emprendido una carrera en la evolución del coche eléctrico y no he pasar mucho tiempo para que los problemas que ahora restringen su autonomía, las baterías, otros componentes y el sobreprecio actual, sean resueltos y el usuario no dude en cambiar de sistema.

Paco Costas