A pocos días de terminar el 2016 y esperando con entusiasmo el 2017, probamos el actual Seat Ibiza en su versión más “ECO”, el 1.0 TSI de reciente implantación en diferentes modelos dentro del grupo Volkswagen es un motor muy austero en consumos con unas buenas prestaciones.

En el caso de la unidad probada el pequeño motor tricilindrico de 1 litro de cubicaje desarrolla una potencia máxima de 95cv. Más que suficientes para mover con brío el reducido peso del Ibiza.

El 1.0 TSI es un motor de los denominados “downsizing”, es decir, un motor de baja cilindrada que obtiene potencias de motores más grandes a base de la turbo alimentación.

Este tipo de mecánicas han ido creciendo notoriamente en los últimos años. Difícil es no encontrar una marca que haga uso de este tipo de motorización cada día más extendida.

Ahora bien, ¿Compensa un motor tan pequeño en comparación uno un poco más grande?

Si bien es cierto que los motores más pequeños son más “incomodos” de usar, sobre todo en ciudad, donde su agrado de uso baja notablemente. Hay que ser ávidos con el embrague si no queremos salir o muy despacio y sin fuerza. Y casi siempre hacer uso de las marchas más cortas para sacarle todo el jugo al motor. ¿Entonces los consumos son más bajos si hay que subirle mucho de vueltas?

El principal motivo del uso de estos motores, al margen de un menor gasto de carburante reside en las normativas anticontaminación cada vez más severas y restrictivas, donde el motor no puede producir x gramos de Co2 u otras sustancias por kilómetro. Por ello con la reducción de cilindrada y diferentes medidas como catalizadores, filtros, sondas, se consigue una menor contaminación.

En cuanto a consumos, la verdad, si se hace una conducción normal y lógica, es decir, respetando los límites de la vía y no aprovechando en todo momento la máxima capacidad de aceleración del motor si gastan poco, a lo largo de la semana de prueba el ordenador de a bordo arrojo unos consumo de menos de 6 litros a los 100km recorridos sin mucho problema. Y es un motor que empieza a dar lo mejor de sí por encima de las 2500 revoluciones. Obliga a tener que pisarle un poco si no queremos ir lentos.

Por lo demás el 1.0 TSI como todos estos motores de 3 cilindros en línea y bajo cubicaje poco a poco van mejorando, sobre todo en sonido y vibraciones.

Su funcionamiento es bueno en casi todo, como es general en este tipo de mecánicas la baja cilindrada siempre se acusa en marchas largas con unos bajos pobres. El 1.0 TSI no es un excepción, pero es perfectamente llevadero.

La entrega de potencia es lineal pero notoria, es decir, se nota el efecto del turbo al pasar las 2000 revoluciones que empuja con decisión hasta pasadas las 5500 revoluciones. Sube de vueltas con soltura y rapidez algo poco visto en los tricilidricos que siempre se muestran perezosos en este aspecto.

Otra de las mayores ventajas de este motor son los muy bajos consumos que tiene, a lo largo de la prueba, con un uso de todo tipo; ciudad, carreteras nacionales y autovía nos hizo un consumo medio de 5,3 litros según el ordenador de a bordo.

En ocasiones bajo hasta los 5,1 litros o menos de 5 con una conducción económica. ¡Increíble! Pero ojo, los consumos de los ordenadores de a bordo casi siempre suelen ser algo menores al consumo real, pero nos sirve para hacernos una idea de los bajísimos consumos de este motor. Motor que por cierto irá retirando paulatinamente al 1.2 TSI.

El aspecto externo del Seat Ibiza Style es difícil de diferenciar con otros hermanos de gama menores, son todos muy parecidos a no ser que sea una versión más caracterizada  como los FR o el CUPRA.

Interiormente los cambios son pocos si lo comparamos con los demás hermanos de la gama, asientos cómodos, con banquetas duras ideales para viajes largos.

Puesto de conducción típico de la marca, de fácil regulación en todos los aspectos. Me costó poco encontrar mi postura correcta ante el volante. Gracias a que el volante es regulable en altura y profundidad y el asiento cuenta con múltiples reglajes.

El volante está forrado en piel y cuenta con un buen agarre. Al igual que la palanca de cambios.