Esta semana os traemos la prueba de un vehículo muy especial, hablamos del pequeño Panda de la marca Fiat.

Un coche con historia y, sobre todo sus versiones más campestres como los 4×4. Que es la unidad que hemos podido disfrutar durante una semana.

Es un coche ligero que asociado al conocido y fiable motor de 1,3 litros y 95 cv de potencia se mueve con mucha soltura. También parte de la culpa lo tienen unos desarrollos muy cortos que sólo llevan las versiones 4×4 o Cross. Ambos cuentan con unos desarrollos mucho más cortos que las versiones no dotadas de tracción 4×4.

Externamente el Panda 4×4 es más alto que las versiones normales, pero a su vez más bajo que la versión Cross que está aún más preparada para vías de tierra muy estropeadas.

Siempre hemos oído, desde hace ya muchos años, que los Fiat Panda 4×4 tanto de esta generación como de generaciones anteriores que su funcionamiento en pistas de tierra de cierta complejidad era y es soberbio.

Obviamente no podíamos dejar pasar la oportunidad de pasar por ciertos caminos de tierra con complejidad baja y media con nuestro Panda. Y la verdad, hemos podido sentir en nuestras carnes que todo lo que se ha hablado de este coche se confirma. Su ligereza, buena altura disponible y los ángulos de ataque permiten que pueda pasar por zonas donde otros todoterrenos de renombre tiene muchas más dificultades o directamente no pueden.

De forma habitual el sistema de tracción del Panda 4×4 prioriza mandando más tracción al eje delantero siendo el Panda un coche casi de tracción delantera, pero es en momento de baja adherencia cuando las cosas cambian. Pudiendo ser mandado un 50% de fuerza a ambos ejes, incluso existe la capacidad de poder bloquear el diferencial.

Externamente el Panda 4×4 se diferencia claramente de sus hermanos de la gama, es más alto, más preparado para adentrarse en pistas forestales que para ser un coche urbano, que si bien es completamente apto para ello.

La versión Cross es la que, visualmente, es más atractiva si buscamos un coche para transitar por caminos de tierra, a nivel mecánico y de tracción es idéntico al 4×4 normal.

Los motores encargados de animar a las versiones 4×4 son el 0.9 85cv TwinAir y el que hemos probado nosotros, el 1.3 Multijet de 95cv.

Ambos son pequeños propulsores de buena potencia, en el caso de turbo diésel que es el que hemos probado movía con mucha soltura el peso en vacío del Panda, obviamente no es un portento en cuanto a prestaciones, pero es un coche para lo que es, ciclo urbano y pistas de tierra. En autovía dado que el desarrollo de la quinta marcha es demasiado corto, yendo a 120km/h estamos rozando las 3000 revoluciones, siendo ruidoso y aumentando los consumos. Que aun así son verdaderamente bajos.

Interiormente el Panda es un coche de pocos lujos pero con todo lo necesario, esa ha sido su filosofía siempre. En este caso se pueden echar en falta automatismos como el sensor de luces o de los limpiaparabrisas. Ayudas a las que ya nos hemos acostumbrado y, tener que hacerlo manualmente ya no gusta, pero, no es ningún problema.