Esta semana, y tras pasar con ambas unidades dos semanas, podemos hacer una comparativa de las diferencias más importantes entre la versión Roadster (descapotable de lona) y la nueva e interesante RF (descapotable, con capota rígida).

Ambas unidades venían dotadas del mismo motor, el 2.0 atmosférico con tecnología Skyactiv que produce una potencia de 160cv.

Existe un motor de 1,5 litros también atmosférico y Skyactiv que produce una potencia máxima de 131 cv. No hemos podido probarlo aun.

Vamos a empezar a hablar por las sensaciones que nos ha trasmitido la versión Roadster, la más conocida y mítica. También la primera en salir al mercado de este nuevo Miata.

La versión Roadster es algo más ligera y prestacional que su hermano RF, también permite un descapotado perfecto, es decir, no pasa como en el RF que es una versión Targa y siempre quedara la parte trasera fija.

La unidad Roadster nos ha parecido más rápida y con mayor nervio que el RF, que aun teniendo ambos mismo motor y potencia era algo menos prestacional. Hablamos de algo casi insignificante pero que al pasar de una unidad a otra se notaba.

En ambas unidades el sonido con la capota puesta o quitada es muy similar, permite perfectamente poder mantener una conversación con el acompañante. También en ambas versiones la rumorosidad de los neumáticos se filtraba notoriamente al habitáculo, sobre todo en asfaltas más degradados y picados por el uso.

El motor, de aspiración atmosférica tiene un bonito sonido tanto del propio motor como de escape. Suena realmente bien e invita a pisarle en ocasiones tan solo para oírlo sonar. Sin duda suena mucho más y mejor que las anteriores versiones del MX-5.

En el apartado de consumos hemos visto como entre las dos unidades probadas con mismo circuito de conducción y mismo piloto el consumo fue de un litro menor en favor a la versión RF. Nos pareció muy curioso.

Pero es que el MX-5 ya sea el Roadster o el RF tiene unos consumos verdaderamente bajos. Con el Roadster la media se estableció en 6,9 litros a los 100 km recorridos. Y en el caso del RF, en unos extraordinarios 5,9 litros de media. Algo impensable hace unos años en motores de este tipo.

Los consumos y la media son las que nos muestran los ordenadores de a bordo, puede diferir un poco de la realidad, pero lo que si es cierto es que el deposito del RF duró más que el de la versión Roadster hasta saltar la reserva. Algo que claramente nos indica su menor consumo.

Ambas unidades contaban con los suficientes kilómetros como para haber superado el rodaje, la Roadster casi el doble que la RF.

En sensaciones ambos consiguen sacar de manera continuada una amplia sonrisa en su conductor, es un coche tremendamente divertido de conducir, y con una alta seguridad. Los 160cv dan mucho juego y, a pesar de que nos pueden parecer pocos viendo cómo está la escalada de potencias en los últimos años, no es así, mueven con una ligereza pasmosa los poco más de 1000k que pesan. Indudablemente un motor turboalimentado sería más prestacional y contaría con un mayor empuje en la parte baja del tacómetro pero os aseguro que el 2.0 Skyactiv es muy bueno y tiene un alto empuje a bajo régimen dando lo mejor de sí pasadas las 4000 donde empuja con rabia hasta el corte de inyección superior a las 7000 vueltas.

El Mazda MX-5 sea en la versión que sea es un coche con una filosofía muy especial, a lo largo de los días que hemos podido disfrutar de su conducción amigos, compañeros y familiares no entendían como un coche tan pequeño, incómodo y poco práctico puede gustar. Está claro que no todo el mundo entiende lo que ofrece el MX-5.

Es obvio que es un coche de capricho y de uso más para fines de semana, no por consumos, si no por practicidad. Pero si bien puede ser usado en el día a día. Las suspensiones son, por ejemplo muy benevolentes con los ocupantes, quizás el RF sea un poco más enérgico que el Roadster, pero ambos se comportan igual.

El MX-5 en su interior cuenta con pocos sitios y espacios para poder dejar móvil, cartera o las llaves. Tiene los justos. Una pequeña guantera central entre los asientos que es más pequeña en el RF por su capota rígida. Un espacio al lado del freno de mano y otro detrás del asiento del conductor. Pocos pero suficientes y aprovechables.

El puesto de conducción, bajo, como se espera de un coche así, es de lo mejor que hay actualmente en el mercado. Estamos sentado muy bajo, ideal para sentir y percibir el coche. La dirección a pesar de ser eléctrica es lo suficientemente informativa y nos cuenta que pasa bajo las ruedas. El volante, forrado en piel, solo es regulable en altura, una pena.

Por lo demás, los asientos, son una maravilla, con altavoces firmados por BOSE en los propios reposacabezas que nos permiten escuchar de manera clara la música aun yendo descapotados. Por supuesto son forrados en piel y calefactados, en el caso de la unida RF que era la Nappa Edition, estos son de cuero Nappa de mayor y mejor calidad y con un tacto exquisito.

La caja de cambios es muy directa con un corto recorrido de la palanca entre las marchas y con un tacto muy mecánico que permite una conducción deportiva sin apenas esfuerza. Nos ha gustado lo directa y agradable que es al uso.

Al igual que el tacto de los pedales, el embrague muy blandito y cómodo para un uso diario.

Lo bueno del MX-5 es que desde la primera versión hasta hoy sigue conservando intacto su espíritu, su filosofía, su manera de atrapar a los conductores que una vez que lo pruebas rápidamente quieres cómprate uno.

En conducción decidida es un coche que no requiere por parte del conductor una alta pericia para poder disfrutar y pasar un buen rato con él. Sin duda, si se le quiere sacar el máximo potencias y desconectar los controles sí que es recomendable tener ciertas nociones ya que el MX-5 es tracción trasera y queramos o no, siempre es más juguetón que un delantera.