Probamos estos días el nuevo MINI Countryman, un MINI que ya, por su tamaño, tiene poco de Mini.

El nuevo Countryman actualiza a la versión anterior con cambios significativos, no solo a nivel visual, también a nivel mecánico.

Modificando y actualizando mecánicas, que ahora disponen de mayor potencia y un menor consumo.

En el caso de la unidad probada, hemos convivido durante una semana con el Cooper D, que está animado por el bloque de 2 litros turbo diésel que eroga una potencia de 150cv.

Dicho motor también mueve a la versión más potente y prestacional en diésel Cooper SD, con una potencia de 190cv.

En versiones de gasolina el abanico de potencias es más extenso, pudiendo escoger la versión “Cooper Countryman”, de acceso a la gama, con el 1.5T de 3 cilindros en línea y 136cv. Pasando por la versión Cooper S, con un 2 litros gasolina de 192cv para terminar en la John Cooper Works con 231cv.

Existe una versión hibrida llamada Cooper S E, dotada del motor 1.5T de 136cv y un motor eléctrico de 88cv que en conjunto con el térmico hace un total de 224cv.

Dentro de la gama del propio modelo podemos disponer además de diferente motorización y potencia, como también dependiendo de la versión, de que pueda o no ser automático y tener tracción total ALL4.

En el caso de la unidad probada no disponía de tracción total ALL4 y tampoco de la caja automática de convertidor de par y 8 velocidades.

Para un uso normal, más por asfalto que por caminos de tierra, con la tracción delantera es más que suficiente. Lo hemos podido comprobar en diferentes vías forestales con distintos grados de complejidad. Si bien es cierto que si se va a transitar mucho por este tipo de caminos es muy necesaria la tracción ALL4.

Y no solo a la hora de adentrarse por caminos de tierra, en asfalto o cemento, a la hora de demandar la máxima capacidad de aceleración de propulsor, con tracción delantera es fácil notar como pierde rueda en marchas cortas, haciendo acto de presencia el control de tracción y cortando gas para evitarlo.

Disponiendo de la tracción total ALL4 como ya hemos probado en los anteriores MINI Countryman se puede aprovechar al máximo la potencia total del motor. Sin pérdidas de tracción. Es cierto que se incrementa el consumo con la tracción total, mayor rozamiento con el suelo aumenta ligeramente la media de consumo. Pero hoy día y con este tipo de SUV de ciudad veo inútil no disponer de ella. Aunque tan solo sea como un plus de seguridad para días muy lluvioso o pavimento deslizante.

Externamente el nuevo MINI Countryman, el más grande de la gama con sus casi 4,3 metros de longitud, seguido por el Clubman. Está claro que lo de MINI ya es un decir, tenerlo delante y ver que es un buen “bicho” y pensar en el primer MINI que casi podría caber dentro, es ver como la demanda cada vez pide coches de mayor tamaño, sea de la marca que sea. No hay más que ver como los utilitarios que hasta hace unos años no pasaban de los 4 metros de longitud ahora, según modelo, los superan holgadamente.

Desde que BMW adquirió MINI hace ya unos años, han ido evolucionando el modelo y rentabilizándolo sacando versiones de todo tipo, algunas de ellas como la bonita Coupé, ya desaparecida.

Otras versiones como la Clubman, Cabrio y Countryman si han tenido buena aceptación por parte del público en general. El modelo Paceman lamentablemente también quedo en el olvido por el camino.

El Countryman es la versión más polivalente, vale tanto para un uso exclusivo de ciudad como para un uso mixto de ciudad, viajes y caminos de tierra. Se adapta a todo.

Externamente el modelo, en comparación con su antecesor es muy diferente. Sobre todo llaman la atención los grandes faros delanteros ya  de tecnología en su totalidad. La imagen del conjunto es de fuerza, un coche bien hecho, fuerte, robusto, con solidez. Preparado para todo.

Interiormente los cambios son menores, dado que entre los MINI sea la versión y modelo que sea es obvio y obligado que haya similitudes entre ellos. Por eso al montarnos en uno u otro nos pueden parecer todos iguales. Con su pantalla redonda central, el arranque por botón situado en la parte baja del pilar central del salpicadero. Un cuadro de instrumentos muy minimalista pero con la suficiente información.

Asientos, también, muy parecidos en todos ellos. Todo guarda una línea intolerable.

Nuestra unidad montaba asientos deportivos en piel blanca, muy bonitos y de excelente tacto. El volante también era diferente al de serie, siendo el mismo que equipa la versión John Cooper Works, con un buen tacto y agarre.

El puesto de conducción es amplio, al igual que el espacio interior del habitáculo. Pueden viajar cuatro adultos en su interior sin ningún tipo de problema de espacio. Está homologado para disponer de cinco plazas, pero cinco adultos difícilmente podrán viajar con comodidad.

El motor que monta el Countryman Cooper D es el 2 litros de cubicaje diésel turbo alimentado que produce una potencia de 150cv. En otros modelos de MINI la versión Cooper D suele estar animada por un 1.5T diésel de 116cv como sucede en el MINI Cabrio y de 3 y 5 puertas.

En el caso del Countryman y Clubman el encargado es el 2.0D de 150cv. Mucho más potente, con mayor par y empuje que el pequeño 1.5T de 3 cilindros en línea. Queremos pensar que MINI ha optado por el bloque grande para que mover el mayor peso del Countryman y Clubman sea más llevadero. Y así es, en el caso del Countryman. El motor mueve con suma ligereza el peso del coche.

Los motores diésel, sea la versión que sea, son más ruidosos que sus homólogos en gasolina y ya no hablar de híbridos o eléctricos. En el caso del 2 litros que es el probado, no es especialmente silencioso, sobre todo al ralentí deja ver y oír su carácter diésel con el traqueteo característico. Es en marcha donde es menos audible y molesto.

A nivel prestacional el Countryman Cooper D se mueve con brío, es decir, completa el 0 a 100km/h en tan solo 8,9 segundos. Un claro indicativo de que es un coche rápido.

Su velocidad máxima es de 208km/h con unas emisiones de Co2 por km de 113gr, cumpliendo obviamente con la Euro 6.