El Peugeot 308 es un modelo que lleva vendiéndose desde el pasado año 2007, naturalmente con diferentes modelos y lavados de cara de por medio.

El modelo actual inicio su andadura el año 2013, presentado en el salón del Automóvil de Frankfurt, con un alto éxito comercial. Diferentes carrocerías como la familiar SW o la hatchback de 5 puertas.

Ahora, el 308 ha sufrido un ligero lavado de cara que lo vuelve a posicionar entre los modelos más deseados. Lavado de cara estético y a nivel mecánico.

A nivel mecánico no tan profundo, pero si desaparecerá con el tiempo el 1.6 BlueHDI en favor del nuevo 1.5 BlueHDI que es más potente, contaminante y gasta aún menos.

El 308 actual, desde su lanzamiento en 2013 incluyo en su oferta mecánica los motores PureTech de 3 cilindros en línea en gasolina, motores turbo alimentados dependiendo de la versión y de aspiración atmosférica en su versión de acceso a la gama.

Este pequeño propulsor es, actualmente, uno de los mejores motores de baja cilindrada y 3 cilindros en línea. No vibra apenas, suena bien y tienen un andar contundente desde la parte baja del tacómetro. Todo ello aderezado de unos más que contenidos consumos.

Lo hemos podido probar en varias ocasiones en el 308, en su versión SW y en la versión hatchback. En ambas versiones es muy satisfactorio su funcionamiento.

Por su puesto existen más motores dentro del amplio abanico de posibilidades. Actualmente el 308 se comercializa con motores diésel y gasolina. Se echa en falta alguna versión hibrida como hubo en antaño en el 3008, pero llegará.

El acceso a la gama por potencia que no por precio viene de la mano del veterano 1.6 BlueHDi de 100cv. Seguido del mismo bloque con cambio Automático EAT6 y 120cv.

El 1.5 BlueHDI ya está a la venta y parte desde una potencia de 130cv, le sigue, en diésel el 2.0 BlueHDI de 150cv, objeto de esta prueba. Un motor lleno, con buen empuje y bajos consumos.

Y por último, el 2.0 BlueHDI de 180cv asociado al acabado GT.

En gasolina el acceso corre por parte del 1.2 PureTech de 110cv, teniendo este motor dos potencias disponibles, la anteriormente descrita y 130cv.

Continua el 1.6 THP de 205cv en la versión GT y con 270cv en la versión más radical, la GTi.

Sin duda la gama del actual Peugeot 308 está muy completa, pero como hemos dicho líneas más atrás, se echa en falta una versión híbrida e incluso una eléctrica como ya existen en modelos competidores.

Si bien dentro de la marca ya existen vehículos 100% eléctricos como la furgoneta para pasajeros Peugeot Partner Tepee, esta posee una autonomía de poco más de 110-120km útiles. Poco para viajar, pero más que suficiente para un uso exclusivo urbano.

Los cambios a nivel estético se centran, sobre todo, como casi siempre, en nuevo diseño de llantas, colores de nueva factura y, por su puesto, nuevos paragolpes. También y dependiendo de la versión nuevos faros con nueva luz diurna.

Por ejemplo la unidad probada montaba los faros de serie con tecnología halógena con lentes elipsoidales y luces diurnas más vistas de una sola línea que los que llevan la tecnología LED para las luces de carretera y de cruce.

Lástima que el alumbrado que proporcionan los faros halógenos es simplemente correcto, sin más. Hoy día es una tecnología muy superada. Y que ya, poco a poco, ira desapareciendo y quedando relegada a vehículos de bajo coste de adquisición.

Interiormente el Peugeot 308 en acabado Allure como la unidad probada vienen muy completo y bien vestido. Nada que objetar.

El puesto de conducción dada su peculiar forma con el cuadro de instrumentos por encima del volante, siendo este también menor en tamaño y de formas más cuadradas puede gustar o no. A nosotros nos encanta, es muy ergonómico y de fácil adaptación, en pocos segundos te haces a este tipo de volante y luego no querrás otro.

A nivel multimedia el 308 desde su andadura en el 2013 venía bien equipado, y así sigue, quizás la pantalla multimedia ya quede antigua por tamaño y se eche en falta el i-cockpit de sus hermanos de gama 3008 y 5008, pero tiempo al tiempo.